Observo en el telediario el tema presupuestos 2014: la deuda superará oficialmente el BILLÓN de
euros, las pensiones solo suben un insignificante 0,25%, y lo que es peor: en lo que más tendrían que
cuidar y espabilarse, en el mundo del trabajo, las cotizaciones a la Seguridad
Social suben más de un 5%, así como el impuesto de actividades económicas, que
es otra manera de decir que todavía hacen muchísimo más difícil y complicado la
creación de puestos de trabajo. Y para que luego digan que “no van a subir
impuestos”. ¿De verdad están luchando contra el desempleo?, ¿de verdad no se va
a notar una subida de impuestos encubierta, así como de precios?.
Y lo curioso es que el pago de los intereses de la deuda
sobrepasa el coste del pago del conjunto de las ayudas a los parados (los más
necesitados y desamparados), y aún dan gracias porque al bajar la prima de riesgo,
tienen que pagar menos en intereses.
Para que os hagáis una idea sobre las consecuencias de esta
monstruosa deuda que nos ha hipotecado a todos y que nos lo han metido por el
culo toda la casta política con sus despilfarros irresponsables, su mala gestión,
y su afán de aprovecharse de la cosa pública para lucrarse.
Los funcionarios, los más costosos e inútiles socialmente, por
supuesto se mantienen y se apuntalan, a pesar de congelar sus elevados sueldos
(que igualmente no pasan por las penurias y las angustias que pasan los parados
y autónomos, gracias a que por voluntad gubernamental siguen conservando el
privilegio de empleo y sueldo vitalicio, que ya quisiera cualquier ciudadano
español en paro o con trabajo precario o mal pagado como son casi todos los que
no tienen el status de funcionarios).
En resumen, que en la sociedad española se abre cada vez más
el abanico de las clases sociales, expandiéndose cada vez más las clases más
empobrecidas, consecuencia de las políticas económicas y sociales de los
últimos gobiernos, incluidos los actuales de las distintas administraciones,
que no han parado de ir endeudando a nuestro país hasta límites escandalosos e
insoportables.
A la vista de esto, si fuéramos un país civilizado, tendríamos
que pedir responsabilidades, y se tendría que embargar a cientos de miles de
políticos para obligar a devolver de alguna manera todo lo despilfarrado, y
llenar las cárceles con varios miles de los mismos con penas acordes a los
despilfarros, a lo robado y a lo endeudados que han dejado al resto de los
ciudadanos, para que sirva de ejemplo.
Es más, y en aras de una buena administración, haría una
nueva ley en la que endeudar al Estado y con ello a los ciudadanos, fuera
considerado delito, con las correspondientes penas. Un país cada vez más
endeudado es como un país cada día más enfermo en el cual las esperanzas de una
cura y recuperación son cada vez más lejanas, y eso no se puede consentir.
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