martes, 25 de diciembre de 2012

EL MENSAJE DE NAVIDAD 2012 DE SU MAJESTAD EL REY


Como cada nochebuena, tengo la costumbre de seguir los mensajes navideños de Su Majestad para ver si nos da alguna pista sobre el rumbo de adónde vamos, ya que, en medio de todos estos mentideros políticos, los mensajes del monarca suelen tener un doble significado, como unos toques de atención hacia la casta política sobre lo mal que hacen las cosas y en qué dirección deben de remontarlas

A decir verdad cada navidad que pasa, expone el mensaje a por peor y más alejado de la realidad.

En este año hemos visto una manera de exponer su mensaje muy distinto de los otros años: esta vez no lo hacía sentado desde un cómodo sillón, sino de pie, pero apoyado en la mesa de su despacho con un cuadro de fondo cuyo retrato seguramente debe de ser uno de sus antepasados Borbones, que por la vestimenta indicaba del siglo XVIII. Todos sabemos de sus dolores en las piernas y de su reciente operación de caderas, aunque físicamente se le aprecia notable desgaste, como pareciendo que su desgaste, con agotamiento muy visible, fuera reflejo de la situación de la nación española. ¿No sería hora ya de que abdicara para dedicarse al merecido descanso que reclama su edad, y dejara los asuntos de la corona en manos de su hijo Felipe?, asunto que por cierto, reclama reforma constitucional, ya que tras Felipe, el heredero de la corona, con la constitución vigente, sería Felipe Juan Froilán, el hijo mayor de la infanta Elena, un adolescente del que no se tiene conocimiento si se está preparando para asumir la jefatura del Estado. El príncipe de Asturias, desde la institución de la corona, podría aportar esa juventud y vigor que la dramática situación española reclama, pese a lo que está aguantando el viejo rey leñe que se ve a las claras que aguanta como puede, como si pretendiera ser un rey de genio y figura hasta la sepultura. 

Cabe destacar que muy poca referencia ha hecho al principal problema español: el paro, por no decir prácticamente nula. Y ya resulta patético y hasta ridículo decir que espera que los miles de jóvenes españoles que se ven obligados a emigrar en busca de mejores oportunidades, espera que regresen para contribuir más adelante a sacar de la crisis a la propia patria España, olvidándose que se han dejando entrar a millones de inmigrantes que son los que ahora impiden a los propios españoles encontrar trabajo en su propio país. Quizás por esa razón en este año, a diferencia de los anteriores, no ha hecho mención a los inmigrantes, pero en este caso vale aquello del refrán de “quien calla, otorga”.

Como garante máximo constitucional no ha sabido hacer un toque de atención más fuerte hacia las pretensiones independentistas de algunos, como es el caso catalán, y no solo por el deterioro económico que ello supone ante esta falta de confianza que provoca, sino porque ni siquiera existe una hoja de ruta que defina cómo se llevará cabo ese proceso de independencia en el que se ha comprometido el presidente de la generalitat catalana, y qué modelo de nueva constitución pretenden ofrecer las fuerzas secesionistas que se han unido e implicado en ese proceso, con lo cual igual pueden dar gato por liebre tanto al pueblo español como al propio pueblo catalán, dejando la configuración de un nuevo país mucho peor de cómo estaba antes. Pues no hay bastante con pedir o pretender una independencia de un territorio, sino que además hay que explicar al pueblo qué modelo de país se pretende configurar, que lo mismo puede ser más intervencionista con menos libertades, como más liberal con menos intervencionismo del Estado. Es decir, el nuevo estado catalán supondría un país más rico o más pobre y con mayores o menores libertades, según el color y la configuración de su nueva constitución, y por supuesto supondría un primer paso para la desmembración del resto de España. Asunto demasiado serio y preocupante como para que el monarca pasara de largo en su calidad de máximo representante constitucional.

Por otro lado, ya no tiene sentido que siga pidiendo “sacrificios y renuncias a todos los españoles”, como habitualmente viene diciendo, ya que millones de españoles son privilegiados funcionarios con nómina segura y vitalicia a cargo del resto de los contribuyentes, así como también tenemos millones de jubilados que de momento tienen, igual que los privilegiados funcionarios, el cobro seguro de sus pensiones, cuando el resto de los españoles están en la cuerda floja peligrando sus empleos o en el paro, muchos cientos de miles desahuciados e incluso miles de ellos buscando la comida tirada en los contenedores de basuras de los supermercados para poder alimentar a sus familias. ¿Cómo se puede pedir sacrificios ante esas desigualdades y esas situaciones injustas, en la que los derechos de los españoles no son los mismos ante la ley?. Por eso para muchos su petición de “sacrificios y renuncias” nos resulta hasta ofensiva, máxime cuando el propio monarca es el funcionario mejor pagado de toda España, con cargo a los impuestos de los contribuyentes. 

No se puede decir que saldremos adelante y que superaremos dificultades, cuando tenemos que soportar unas administraciones sobredimensionadas y muy caras de mantener, así como multitudes de leyes, normativas e impuestos que son auténticos palos de rueda para toda iniciativa encaminada a la creación de puestos de trabajo, con lo cual le faltó decir algo muy importante: que para hacer posible la creación de puestos de trabajo y poder caminar hacia la senda del progreso económico y social, hay que empezar a reformar las administraciones, las leyes y los impuestos de todo el país, de arriba abajo. ¿Pilla ahora en qué consiste la política en mayúscula a la que se refería?. Y si se olvidó de decir eso, ¿de verdad le preocupa esa juventud que se levanta en un país de pesadilla, sin trabajo, en la incertidumbre, y sin futuro claro, que nos sume a todos en el pesimismo y en la desconfianza?. No se puede salir adelante si desde las altas instancias no se empieza a predicar con el ejemplo. Y lamentablemente esa es la tragedia de España.








COMENTARIOS DESDE MI CUENTA FACEBOOK:



  • Espacio De Xavier Valderas Aquí os dejo el vídeo con el mensaje navideño del rey: http://youtu.be/vlIusifB_Qc


    Retransmisión en directo del Mensaje de Navidad 2012 de Su Majestad el Rey
  • María Elena Oliván Comas QUE SE VAYA A LA MIERDA O A OTRO PLANETA ÉL, SU FAMILIA Y TODOS LOS GOBERNANTES................
  • Jesús Huete "Política con mayúsculas"....¡vaya!, hasta ahiora se hizo con minúsculas, moro, robo organizado, antidemocracia....¡Y lo reconoce!
  • Espacio De Xavier Valderas “Política en MAYÚSCULA”, sería a resumidas cuentas, mi buen amigo el maestro Huete, dar más trabajo y más libertades a los ciudadanos, que es lo que buena falta nos hace a todos, y que en eso para nada se preocupa la casta política, más preocupada en conservar sus privilegios. Felices pascuas, maestro, a pesar de la tragedia nacional.
  • Espacio De Xavier Valderas ¡Muchísimas gracias, maestro!, lo mismo os deseo a vos.




  • Alfonso Posada No hay ninguna duda de que Juan Carlos es el representante de la monarquía más antigua de Europa, salvando los períodos republicanos, dos, y el interegno de Franco, un militar más monárquico que nadie en España. Sus muchos enemigos no ofrecen Más que división y caciquismo vulgar, sin nada en lo que apoyar sus ambiciones ya totalitarias, como el el caso de los etarras, ya revanchistas, como en el caso de los 'perdedores' de la Guerra Civil, deseosos de volver a las andadas y resucitar los deseos de venganza, tan vulgar como destructiva. Después de su disculpa pública, tras cargarse el elefante, su imagen mejoró y no es momento de dejar el país en manos de Felipe (y Leticia), como una patata caliente. Juan Carlos no es su abuelo, un cobarde que cuando dijo que "no quería que se derramara la sangre de los españoles"...Seguro que estaba pensando, PRIMERO, en la suya propia. Yo no escucho sus discursos jamás, aunque me los leo en la prensa, más comodamente y con mejor reflexión. No confío en la monarquía española, pero confío muchísimo menos en los majaderos que intentan sustituirla por 'quimeras' y secesiones sin motivos reales. Ya somos mayorcitos, y los que conocemos nuestra Historia no estamos dispuestos a repetirla, si podemos, claro.
  • Alberto Ruiz López Yo ni lo vi.... ni me importa su discurso ni la monarquía. Si al menos hubiera tenido huevos de condenar a toda la casta política y su yerno.....por corruptos y por arruinar al país.... aún hubiera merecido algo la pena. Pero ni eso.... parece ser que fue un discurso al uso...bien preparado y para quedar bien con todo el mundo. Por mi que le zurzan....
  • Dulce Hidgar Yo considero admirable que con su edad tan avanzada y su salud, un tanto precaria, viaje país tras país intentando captar inversores para España. Feliz 2013 a todos.
  • Manuel Rosa Recuerda ¡¡UFFFFFFFF,COMO CUANDO HABLA UN MEMO...NADIE LO ESCUCHA,POR MEMO¡¡
  • Espacio De Xavier Valderas HOLA, Manuel Rosa Recuerda, ¿QUÉ TAL LA RESACA DE NAVIDAD?.YA SABRÁS QUE CUANDO SU MAJESTAD EXPONE ESE MENSAJE, DELANTE TIENE UNA GRAN PANTALLA CON LETRAS GRANDES EN LA QUE APARECEN LAS PALABRAS QUE ÉL VA LEYENDO, DISIMULANDO QUE PRONUNCIA UN DISCURSO (Y LO HACE MAGISTRALMENTE, YA QUE SON MUCHOS AÑOS DE ENSAYAR LO MISMO), CUANDO JUSTO EN EL CENTRO DE ESA PANTALLA SE HALLA EL OJO DE LA CÁMARA QUE LO GRABA Y LO ENFOCA. AQUÍ TE DEJO EL CONTENIDO, POR SI QUIERES PRACTICARTE PARA CUANDO SEAS REY, O EN EL MEJOR DE LOS CASOS, PRESIDENTE DEL GOBIERNO: 

    Buenas noches, 
    En esta Nochebuena, como cada año, quiero reflexionar con vosotros sobre lo que nos 
    preocupa y también sobre nuestras esperanzas. 
    En concreto, me gustaría referirme a tres asuntos: la crisis económica, la fortaleza de 
    España como nación europea e iberoamericana y la necesidad de reivindicar la política 
    como instrumento necesario para unir las fuerzas de todos y acometer la salida de la 
    crisis y los retos que tenemos por delante. 
    No creo exagerar si digo que vivimos uno de los momentos más difíciles de la reciente 
    historia de España. 
    La grave crisis económica que atravesamos desde hace unos años ha alcanzado una 
    intensidad, una amplitud y una persistencia en el tiempo que nadie imaginaba. Los 
    ciudadanos sufren hoy su rigor, que está poniendo en entredicho el bienestar de no 
    pocas familias. Pienso en tantas personas de todas las edades, pero muy especialmente 
    en muchos jóvenes, que se levantan cada día con sensación de inseguridad y desánimo 
    por la difícil situación de sus economías, la falta de trabajo y las inciertas perspectivas 
    de futuro. 
    No podemos ignorar que existe pesimismo, y que sus efectos se dejan sentir en la 
    calidad del clima social que vivimos. Está además generando un desapego hacia las 
    instituciones y hacia la función política que a todos nos preocupa. 
    Frente a este pesimismo, como frente al conformismo, cabe encontrar nuevos modos y 
    formas de hacer algunas cosas que reclaman una puesta al día. 
    La realidad actual es compleja y no siempre fácil de entender ni de solucionar en el 
    corto plazo. Austeridad y crecimiento deben ser compatibles. Las renuncias de hoy han 
    de garantizar el bienestar de mañana, en un plazo razonable de tiempo, de manera que 
    se asegure la protección de los derechos sociales que son seña de identidad de nuestra 
    sociedad desarrollada. 
    Para que nuestra economía vuelva a crecer tenemos que poner orden en nuestras cuentas 
    y, a la vez, generar estímulos para la creación de riqueza. Hay estímulos que son 
    creados por medidas de política económica o fiscal, o por políticas de fomento de la 
    innovación o el emprendimiento, pero el primer estímulo que nos sacará de esta crisis se 
    llama confianza. 
    A lo largo de los treinta y siete años de mi reinado hemos pasado por varias coyunturas 
    económicas realmente complicadas que los que tenemos ya algunos años recordamos 
    bien. Quizá no fueron tan difíciles como ésta pero en cualquier caso fueron muy 
    complicadas. Y sin embargo supimos salir de ellas con éxito y hacer que nuestra 
    economía creciera y que nuestro bienestar mejorara. Y lo logramos por muchas razones 
    pero en primer lugar porque teníamos confianza en un proyecto compartido por todos y 
    en nuestras posibilidades de salir adelante 
    Hoy como entonces, podremos superar las dificultades actuales con la generosidad, el 
    talento y la creatividad de nuestros hombres y mujeres y con la fortaleza de nuestro 
    sistema productivo si tenemos confianza en nosotros mismos y si somos capaces de 
    generarla también en las instancias y en los mercados internacionales. 
    España es parte de la solución a la crisis global y debe ser protagonista en la toma de 
    decisiones en los grandes foros internacionales. Iberoamérica es parte fundamental de 
    nosotros, como también nosotros lo somos de ella. Lo mismo acontece con Europa. Con 
    la Unión Europea tenemos que seguir trabajando para superar las visiones puramente 
    nacionales y reforzar las bases de solidaridad con las que entre todos hemos avanzado 
    en el proceso de integración. Hemos de garantizar que nada de lo conseguido juntos, ni 
    los derechos individuales y sociales, ni el bienestar económico, ni el proceso de 
    construcción política y económica puedan verse amenazados. 
    Pero no todo es economía. Por muy evidente que sea, no es malo repetirlo: no todo es 
    economía. No ignoro que la política no vive hoy sus mejores horas en la percepción de 
    los ciudadanos. Por esta razón yo quisiera esta noche reivindicar la política porque su 
    papel es fundamental en la salida de la crisis. 
    Quiero reivindicar la política grande, esa que para destacar su dignidad y valor solemos 
    llamar la política con mayúsculas. 
    La que, desde el gobierno o desde la oposición, fija su atención en el interés general y 
    en el bienestar de los ciudadanos. 
    La que, lejos de provocar el enfrentamiento y desde el respeto a la diversidad, integra lo 
    común para sumar fuerzas, no para dividirlas. 
    La que sabe renunciar a una porción de lo suyo para ganar algo mayor y mejor para 
    todos. 
    La que busca el entendimiento y el acuerdo para encauzar y resolver los grandes y 
    fundamentales desafíos colectivos. 
    La que se cimenta en el espíritu de servicio y se acomoda a los principios de la ética 
    personal y social. 
    La que, en fin, es capaz de sacrificar la satisfacción del corto plazo, a menudo efímero, 
    para ensanchar el horizonte de sus ambiciones. 
    Esa fue la política grande que supo inaugurar una nueva y brillante etapa integradora en 
    nuestra historia reciente y es la única que tiene la capacidad de reafirmar la confianza en 
    nuestra gran nación, abrir nuevas puertas a la esperanza y materializar ese anhelo de 
    superación que está reclamando nuestra sociedad. 
    Para conseguirlo, es necesario promover valores como el respeto mutuo y la lealtad 
    recíproca. Son valores que hace más de tres décadas contribuyeron a poner en pie un 
    nuevo marco de convivencia, el reconocimiento de nuestra pluralidad y el amparo de las 
    diferentes lenguas, culturas e instituciones de España. Es hora de que todos miremos 
    hacia adelante y hagamos lo posible por cerrar las heridas abiertas. Será nuevamente un 
    éxito de todos, ciudadanos e instituciones, basado en el respeto a las leyes y a los cauces 
    democráticos. 
    La Corona es muy consciente del esfuerzo y el sacrificio que los ciudadanos están 
    llevando a cabo con entereza. Ningún esfuerzo en la vida es baldío y tampoco lo serán 
    los que se están haciendo ahora. En este contexto, quiero resaltar la actitud abnegada y 
    leal de las familias y la solidaridad de muchas organizaciones asistenciales que, con su 
    ayuda, tanto están contribuyendo a la estabilidad social. También, el sacrificio de todos 
    los españoles que dejan ahora nuestro país para conseguir mejores condiciones de vida 
    para ellos y sus familias. Su experiencia y preparación constituirán a su regreso un 
    importantísimo efecto dinamizador de nuestra economía. 
    La Navidad simboliza el triunfo de la generosidad sobre el egoísmo. Generosidad, 
    solidaridad y compromiso son valores que todos debemos reconocer, conservar y 
    promover siempre y en estos tiempos más que nunca. 
    Feliz Navidad para todos y buenas noches
  • Espacio De Xavier Valderas Tienes razón, por lo menos el monarca aprovecha bien sus viajes para traer inversores a España,Dulce Hidgar , y eso es bueno para nuestra maltrecha economía.
  • Espacio De Xavier Valderas A mi me gustaría preguntarle a mi amigo Manuel Rosa Recuerda, si piensa que los discursos navideños del monarca los escribe el propio Rey, o es el gobierno de turno quien se los redacta. Porque ya sabes que en las altas instancias predomina mucho aquello de “de lo que no se debe hablar, mejor es callarse”, de lo cual esa gente sólo hablan y dicen únicamente de lo que puede decirse, es decir, de lo que se considera “políticamente correcto” según momento y circunstancias, y por eso no se habla, por ejemplo, de la inmigración, de la judicatura, de independencias, de los desahucios, de la corrupción, o del paro,…por citar unos pocos ejemplos. Llegados al caso, como dichas distintas instituciones confunden y dicen la verdades sólo a medias (que es otra forma encubierta de mentir), ya no lo tengo claro, pero me da cosa de pensar que creo que al monarca le influyen las directrices que les señala el gobierno de turno. ¿Tú que eres un hombre de mundo, ya con cierta edad y experiencia, qué opinas, amigo Manuel?. ¿coincides en pensar más o menos lo que yo sospecho?. Un cordial saludo.


  • Montserrat Salido Moral El mensaje ...menos palabras y mas hechos

  • María Elena Oliván ComasC0MPARTIDO.......................BSSSSSSSSS...............