domingo, 30 de septiembre de 2012

REFLEXIONANDO SOBRE EL POSIBLE RESCATE A LA BANCA ESPAÑOLA

Tras conocer el viernes pasado los resultados del último informe ( test- stress) de la auditoria norteamericana Oliver Wyman encargado por el gobierno Rajoy, y tras la nacionalización en estos últimos dos años de varias entidades financieras que se encontraban en una situación muy delicada, tales como Novagalicia Banco, Bankia, CatalunyaCaixa Banc o el Banco de Valencia, por citar cuatro ejemplos, podemos confirmar que todo el esfuerzo de los dos últimos Gobiernos se ha centrado sobre todo en aportar decenas de miles de millones de nuestros impuestos para salvar a todas las entidades financieras, condenadas seguramente a la quiebra sin esas ayudas tras años de mala gestión y de asumir una excesiva arriesgada (a la postre, incluso mortal) exposición a la especulación del ladrillo y al crédito al consumo fácil e irresponsable. Pues bien, todas esas decenas de miles de millones de euros destinados a salvar nuestros bancos se han detraído del apoyo a la economía productiva para crear los puestos de trabajo que buena falta nos hacen (con ese dinero se podría haber apoyado mucho más a emprendedores, rebajar cotizaciones de empresas y trabajadores, apoyar la Investigación y Desarrollo, y la formación de capital humano mediante cursos-becas para parados, o incluso prestar apoyo financiero directamente a las empresas productivas para impulsar su actividad y con todo ello frenar en todo lo posible la dramática sangría del desempleo), y en su caso sostener servicios del llamado “Estado del Bienestar” como los casos de de sanidad y educación, que han sufrido importantes recortes, y que a causa de ellos ahora reclaman fórmulas de copagos por parte de los propios ciudadanos, aconsejándose incluso la privatización de esos siempre deficitarios servicios y que tanto dinero nos cuestan a los contribuyentes.
Pero, ¿qué se ha conseguido con esas decenas de miles de millones de euros aportadas a los bancos en las distintas inyecciones de capital público efectuadas hasta el momento?, ¿conseguir que vuelva a fluir el crédito a empresas y familias, para reactivar la economía productiva y el consumo?, la respuesta es un NO rotundo: ese dinero los bancos sólo lo han destinado a lo único rentable que tenían a mano: financiar la propia deuda del gobierno a tipos de interés altos, y por otra parte, la desconfianza causante del cierre del grifo del crédito a los empresarios y particulares no ha hecho más que empeorar en estos últimos años (y por lo que leo en todas partes, los analistas y expertos del sector confirman que así seguirá); y supone un gravísimo problema para la mayoría de las empresas de nuestro país, que no pueden afrontar nuevos proyectos o ven limitados sus pedidos por la falta de financiación: cada semana miles de personas se van al paro y se cierran cientos de empresas por esta causa, mientras que indirectamente el Estado de endeuda aún más por su compromiso por ley de retribuir las prestaciones por desempleo de los nuevos parados que se incorporan involuntariamente a la legiones de los improductivos.
¿ Ese rescate va a conseguir salvar miles de empleos en el sector bancario?. Por lo que observo, la respuesta es que no: ya desde 2008 que se inició la crisis financiera e inmobiliaria se han destruido miles de empleos en este sector, consecuencia de de EREs, bajas incentivadas y prejubilaciones, tras los procesos de fusión y el cierre de cientos de sucursales, y todavía se estima que se destruirán unos 30.000 empleos más, según informaciones que he observado en la prensa digital económica. Por otra parte, la era de internet y el uso de las nuevas tecnologías hacen innecesarias cientos de oficinas y su personal que suponen costes de mantener por parte de los bancos.
¿ Ese rescate va a proteger los intereses de clientes y pequeños accionistas? No creo que sea así porque el caso es que varias decenas de miles de familias (entre las que desgraciadamente me incluyo yo mismo) se han visto atrapadas por la chapuza financiera de las preferentes y de otros productos complejos comercializados de una forma cuando menos reprochables y de ilegible letra pequeña; y ahora por lo que se ve, las condiciones impuestas por Bruselas para el rescate financiero requieren que estos clientes de las preferentes sufran importantes pérdidas en sus inversiones, aunque de momento parece ser que Caixabank intenta hacer algo para remediar su propio marrón en un intento de retener la confianza de sus clientes. A su vez, los accionistas han visto cómo se han desplomado las cotizaciones de estas todas esas entidades desde que se inició la crisis financiera en 2008, y de modo significativo el caso de Bankia, que es la que más bajó en bolsa y la que se lleva la mayor tajada del pastel del rescate bancario. En otras palabras: muy buena parte de la crisis bancaria la han pagado los propios accionistas al ver que sus acciones bajaban de valor muy sensiblemente (algunas incluso por debajo de la mitad), así como ver muy reducido el pago de los correspondientes dividendos, consecuencia de una mala gestión de sus responsables máximos. El resto lo pagan los contribuyentes, vía rescate bancario.
¿El rescate financiero va a reservar las actividades de carácter social financiadas por las Cajas de Ahorros? Mi opinión es que no en absoluto, por un lado porque cajas de ahorro (y por circunstancias a las que le obliga el mercado) han dejado de ser entidades sociales para convertirse en entidades de negocio (bancos), y porque muchas de estas entidades se han quedado con participaciones minoritarias dentro de los bancos nacionalizados, participaciones que se van a diluir aún mucho más tras las nuevas inyecciones de dinero público por una cuestión de las exigencias de Bruselas que marcan que son entidades de negocio y no de caridad; por lo que todo apunta a que seguramente sus futuros ingresos vía dividendos serán tan reducidos que no podrán garantizar el sostenimiento de la importante labor social que venían desempeñando. Las entidades financieras dejan de ser entidades que destinan parte de sus ingresos a funciones sociales, y pasan a ser entidades de negocio con los que retribuir a sus accionistas. Lo de “obra social” de determinada caja, ya ha pasado a la historia, lo mismo que las propias cajas: ya no existen cajas, sino tan sólo bancos. Es decir, pasan a ser lo que es lo más natural en toda empresa: se deja de hacer obras de caridad, y se destinan las ganancias a mejorar el negocio y a retribuir a los accionistas, en las que las “obras sociales, o de caridad” pasan a ser competencia del Estado, por las exigencias de Bruselas que condicionan ese rescate bancario. Si en el futuro, y en el supuesto de que al final se logre un adecuado saneamiento bancario se volverá a lo de “obra social” no lo tengo claro, ya que la economía está cada día más globalizada y más competitiva, y en esa dirección imagino que tendrán que apuntar todas las ganancias si no se desea que la competencia les vaya tomando terreno. La caridad social vuelve a la Iglesia y al Estado, y se marcha de las empresas, en términos generalizados, aunque imagino que habrá algunas excepciones, ya que las mismas empresas, en este caso los bancos, tienen plena libertad de decidir en qué destinan ganancias y recursos.
Por lo tanto, sería de desear que algún día nos puedan aclarar a los ciudadanos (contribuyentes que somos los que de verdad pagamos todo este embrollo) por qué el gobierno ha centrado todos nuestros esfuerzos (aportando decenas de miles de millones de euros de los contribuyentes con sus impuestos) prioritamente en salvar a estas entidades financieras en bancarrota y lastradas por el pinchazo inmobiliario, sacrificando todo lo demás: el resto de las empresas que sostienen los puestos de trabajo y el resto de la economía productiva en su conjunto, dejando incluso desprotegida la inmensa mayoría de la gente en paro que ya se cuentan por millones de personas, llegando incluso a recortarles las prestaciones por las que tienen derechos tras sus correspondientes cotizaciones. En pocas palabras: ¿por qué para el gobierno ha tenido mayor importancia rescatar a los bancos, que no rescatar primero a los parados con todo el drama que para sus familias ello supone?.
Esta situación actual de rescate bancario, produce además una profunda indignación por otras circunstancias adicionales que hay que señalar: Se nos mintió a los ciudadanos de forma miserable (o por ignorancia de los responsables que creen saberlo todo de economía asistiendo a clases de lecciones en dos tardes) cuando desde el Gobierno Zapatero se proclamaba a los cuatro vientos, incluso por todo el mundo, que el sistema financiero español era el más sólido y seguro del mundo (véanse las declaraciones del ex presidente Zapatero y de sus ministros de Economía en los años 2008 y 2009). Con la cual cosa no me extraña que ahora nuestra credibilidad esté por los suelos y sea muy difícil de recuperar en los mercados y con otros Gobiernos de nuestro entorno, y que además por esos últimos meses hayamos asistido a una masiva y preocupante fuga de capitales fuera de España hacia otros destinos más seguros. Y por otra parte está el vergonzoso mal ejemplo mostrado públicamente de los ex-directivos responsables de la quiebra de sus entidades financieras que se han retirado tras cobrar escandalosas y millonarias indemnizaciones pagados con el dinero de los contribuyentes y de los ahorradores, en algunos casos con "premios por especial dedicación" a su labor, que disfrutan en sus retiros dorados fuera ya de nuestras fronteras, y con el dinero a buen recaudo en los paraísos fiscales con cuentas numeradas y secretas que sólo ellos conocen. Ya no sería solo cuestión de que estas "indemnizaciones" tengan que ser devueltas a las entidades afectadas (es decir, al Estado, que ahora es el accionista mayoritario de varias de ellas ya que ha tenido que intervenir para no perjudicar a los ahorradores titulares de cuentas en esas entidades financieras), sino que estos ex-directivos tendrían que ser juzgados y condenados a pagar ellos mismos importantes indemnizaciones a sus entidades por su nefasta e imprudente gestión de la que tienen que responder, como ocurre con cualquier empresario cuando le embargan para responder ante todo lo que debe, pidiéndole explicaciones sobre la que justificar su mala gestión. ¿Cómo se entiende que la caja o banco quebrado o a punto de quebrar tenga que indemnizar a los directivos que la han llevado a esa difícil situación, cuando además esos directivos estaban ya cobrando sueldos millonarios desde hacía años?. ¿Cómo se puede tolerar esta tomadura de pelo en nuestra sociedad por parte del gobierno, y no incitar a la fiscalía a actuar?. Eso se tiene que acabar si queremos dar imagen de país honrado, y de fiar, y no esa mala imagen de ser el país de la picaresca, con la marca España como sinómino de pésima calidad.
Todas esas cosas absurdas e impensables en un lugar como Islandia (que ha sido capaz de llevar a sus políticos corruptos al juzgado), o en un lugar más serio como Estados Unidos o Alemania, por citar sólo los ejemplos, ante todo pasarían por juzgado de guardia, sin más impedimentos y con la ley en la mano. Eso hace suponer que la casta política, tanto la gubernamental como la que compone la oposición, tienen algún tipo de complicidad con todo este marrón financiero que nos va a costar varias docenas de miles de euros a los contribuyentes españoles, y que tratan de tapar. En fin creo que algún día sabremos el por qué de tanto empeño en salvar a todos nuestros bancos con decenas de miles de millones de euros del siempre endeudado erario público nuestro, y sin tener en cuenta las necesidades financieras de las empresas que sostienen los empleos, y los parados abandonados, desamparados e incluso lesionados en su derecho a una prestación digna por desempleo involuntaria que sólo le puede facilitar el Estado. Algún día se tendrá que tirar de la alfombra y ver todo lo que se nos ha escondido, teniendo en cuenta que instituciones como el gobernador del banco de España, y la CNMV (Comisión Nacional del Mercado de Valores) no hicieron nada a su debido tiempo para impedir toda esta ruina, que al final nos va a salir muy cara a todos los españoles.