viernes, 21 de septiembre de 2012

BREVE REFLEXIÓN DE CHRIS LYNN HEDGES VERSUS MI BREVE VISIÓN DE ESPAÑA

Christopher Lynn Hedges es un periodista estadounidense ganador del Premio Pulitzer que, entre otros episodios destacables en su agitada vida, había estado un tiempo prisionero en la guerra de Irak bajo Sadam Hussein, y esas algunas de sus frases para reflexionar sobre los tiempos actuales. Pero partiendo de aquí, quisiera añadir mi breve reflexión personal: estamos en unos tiempos del más extremado egoísmo personal, en la que el ser humano, con el mal ejemplo cómplice e irresponsable de la casta política y los altos líderes económicos, ha alcanzado tal nivel de corrupción moral que sólo se procura garrapar el máximo de dinero posible en lo que puede y tiene a su alcance,y darse a la máxima molicie (gandulería) posible, yendo cada uno a lo suyo del modo más egoísta. En la pereza, la codicia y la falta de sentido común creo que está el origen de todos los males, y se han perdido gran parte de los valores del trabajo bien hecho, del esfuerzo, del sacrificio, de la tolerancia, de la libertad, del sentido común y de la honradez. La pobreza y junto a ello la injusticia avanzan por sí solas, e igual se oyen ruidos de sables separatistas que amenazan la unidad y la convivencia de los españoles, para una vuelta a los reinos de taifas medievales de la época del ya olvidado héroe español Mio Cid, y eso en un país en la incertidumbre y camino ya a los 7 millones de parados para el próximo año. La política y la judicatura se han convertido en un deporte de arribistas, ansiosos de suculentos sueldos, y desorbitadas prebendas y comisiones, en la que el oportunista se aprovecha para enriquecerse aprovechando su cargo en la cosa pública, pero no para trabajar en el servicio al ciudadano ni dar buen ejemplo de un ciudadano modélico. Con lo cual la picaresca encubierta y el mal ejemplo del abuso del servicio público empiezan desde la misma casta política que tanto se ha extendido en nuestro maltratado país. Tenemos un problema dramático de paro que nadie en la casta política hace nada razonable en resolver, una desilusión tremenda entre la juventud que no sabe qué futuro va a tener, una desmoralización total por parte de los emprendedores pues nadie quiere arriesgarse en crear puestos de trabajo ni en montar negocios algunos si son tan castigados a normativas y exorbitantes variedad de tributos impuestos obligatoriamente por la casta política. Está claro que hay un abuso excesivo por parte de las distintas cosas públicas en la forma de impuestos en los que entre la amplia mayoría aportamos mucho y encima de modo obligatorio, pero en comparación recibimos muy poco por lo que pagamos. También padecemos la intoxicación informativa para manipular a la opinión pública tapando los defectos y las vergüenzas de la casta política, de no llamar a cada cosa por su nombre, de nunca hablar claro, de juego de marear la perdiz, y de las dobles palabras en los dobles sentidos de las verdades a medias y las mentiras sotisficadas. Incluso se ha perdido el sentido del patriotismo, y nuestro país va camino a convertirse en un protectorado extranjero, y cada día más lleno de extranjeros, incluso con religiones de dudosa tolerancia que no respetan la nuestra, esa de las tradiciones, tan secular, de las torres de cada pueblo que tiene sus propias campanas y cruces. Cuántas más leyes, más corrupto es un Estado, sentenciaba Aristóteles, el hombre que fue el maestro de Alejandro Magno, y de eso hace ya varios siglos, y sigue sin aprenderse la lección. Lo cual me llega a preguntarme: ¿cuál es la sociedad y el país que queremos para nuestros hijos? Pero creo en medio de tantas corruptelas y tanta escasez de ética, algo de buena gente tiene que quedar todavía, aunque muy escasa, pero esto ya de por sí conlleva algo de esperanza.