viernes, 7 de septiembre de 2012

NUEVO FRACASO DE LA POLÍTICA RECAUDATORIA DE MARIANO RAJOY

¿Os acordáis de que hace unos 3 meses el ministro de economía intentó meter miedo a los defraudadores con una amnistía fiscal para quienes declararan y se regularizara ante el fisco, declarando incluso lo que tienen escondido en los paraísos fiscales?. Pues ha sido un completo fracaso, aún cuando quedan otros 3 meses para que se acabe en plazo de gracia, que finaliza el 30 de noviembre. Según se ha podido saber recientemente según informes de la Agencia Tributaria, al cierre del mes de julio Hacienda ha ingresado solo 52 millones de euros por regularizaciones vinculadas a la amnistía fiscal, lo que apenas supone un 2% de los 2.500 millones de ingresos totales que el ministro Cristóbal Montoro tenía previsto recaudar con esta regularización. El fracaso es por tanto sin paliativos y una muestra de completa torpeza gubernamental, cuando ya estamos en el ecuador de esa medida temporal de amnistía fiscal. Como es natural, entre el común de la ciudadanía se considera que el principal “defraudador” es el mismo Gobierno, que empezó por prometer bajar impuestos y crear empleo, y ha hecho todo lo contrario. Dice un viejo y sabio proverbio alemán: “El dinero es como un pajarillo, que huye cuando se le asusta”. Lo que está ocurriendo es muy comprensible: los defraudadores no se fían, y desde siempre siguen considerando tontos a los que pagan impuestos, puesto que se considera que es como dejarse robar por otro ladrón aún mayor, que es el propio Gobierno. Nadie saldrá a la luz para decir “soy un defraudador” exponiéndose a futuras represalias y a figurar en una base de datos de los defraudadores por parte del Gobierno, y menos en unos momentos que al seguir estrangulando a los contribuyentes con más impuestos, inevitablemente se lleva a fomentar mayor fraude, porque las facturas del IVA, por ejemplo, se tratarán de evitar en la medida de lo posible, por parte de los contribuyentes, que ya se sienten demasiado expoliados fiscalmente, como para que ahora tengan que salir y decir algo así “¿no tenéis bastante,….queréis que os pague más?. A ese fracaso solo le falta que ocurra lo mismo con la previsión de incremento de recaudación por la subida del IVA, que visto el caso portugués, es muy posible que también acabe siendo un rotundo fracaso de recaudación, que sólo contribuirá a la caída del consumo, al cierre de empresas y al incremento del paro, ya que no se soportan más subidas de impuestos, y dichas subidas sólo consiguen los objetivos contrarios de lo que se pretenden: al final menor recaudación, y al mismo tiempo más cierre de empresas, más desempleo, y menos cotizantes en la Seguridad Social. A la vista de los hechos, las previsiones del gobierno no se cumplen, y ya la han hecho bastante gorda. En realidad, la solución para reducir el déficit, no vendría por el continuado incremento de la presión fiscal que no hace más que ahogar a las economías domésticas y a las empresas, sino por una política de liberalización laboral y de economía productiva, que acompañe una drástica reducción de ese enorme despilfarro público que deriva de una sobredimensionada organización política y administrativa del Estado, en la que sobran por lo menos dos millones de funcionarios, 17 autonomías, miles de alcaldías, docenas de diputaciones y entes comarcales, el Senado, empresas públicas, subvenciones a sindicatos, patronales y demás entidades, etc… Pero veremos que ocurre, porque la experiencia y la Historia nos muestra que subiendo excesivamente los impuestos, nunca se han arreglado los problemas de un país, sino todo lo contrario: las subidas de impuestos conllevan por sí solas las subidas de malestar social. Lo que de verdad necesita este país es que la gente tenga oportunidades de trabajo, y con ello contribuir a crear riqueza.