El presidente de la Generalitat Artur Mas ha fijado y ha
admitido a trámite el 9 de noviembre como la fecha para celebrar el referéndum
determinante sobre la independencia de Catalunya, y el presidente del Gobierno
Central Mariano Rajoy no hace absolutamente nada en activar el artículo 155 de
la Constitución que prevé actuaciones en casos claros y probados de violación
de la Constitución. En todo caso ambos se llaman a "dialogar" y a
buscar un acuerdo "sensato", pero "diálogo de sordos".
La cosa es gravísima, y no solo ridícula por parte de ambos
presidentes. Casi habría que decir que los dos presidentes merecerían estar al
instante en la cárcel: el uno por su desafío en convocar una consulta de contenido
a todas luces ilegal, el otro al no hacer nada ante una provocación que atenta
contra la unidad de España.
En todo caso, ambos mandatarios dejan a España, y por ende,
a Catalunya en una situación de incertidumbre en la que los mercados no solo están
asustados por lo hechos inciertos que se viene encima, sino que además se
quedan parados esperando la deriva de los acontecimientos para saber qué
ocurrirá después del 9 de noviembre de 2014, una situación de incertidumbre muy
mala ante los escandalosos niveles de paro y la gravísima crisis económica que
tiene que soportar la ciudadanía, complementada, además con fuertes subidas de
impuestos y fuertes recortes de servicios públicos. Y lo peor de todo es que la
pregunta de ese referendum es en resumen el colmo de la confusión, pues nadie
ha dicho en qué modelo de Estado se basa (liberal, socialista, ateo, religioso,
etc...), ni de dónde saldrá el dinero y cómo se financiará el nuevo Estado que
se pretende,....la cual cosa es un claro fraude y engaño, tanto para los
catalanes como para el resto de los españoles.
La ley está para cumplirla, las cosas se tienen que hacer
siempre de un modo legal, pero los primeros que deberían de dar ejemplo, los
dos presidentes, ni acatan las leyes, ni las cumplen.
Entre pasar a ser el país de las corruptelas, para pasar a
ser el país de la anarquía no queda más que un paso,....una situación que en
otras circunstancias ya habría supuesto una guerra civil, pero que de momento
no se sabe cómo se aguantará ni cómo se pasará, dejando la situación como una
simple aventura política que causa miedo e incertidumbre entre la ciudadanía,
como quien no sabe qué es lo que le depara el futuro.
Así están España y Catalunya actualmente: en la
incertidumbre, y sin que los responsables de esa situación hagan absolutamente
nada. Como ciudadano español y catalán, me siento lamentablemente avergonzado.
Lo que me recuerda la pregunta del gran estadista romano Marco Tulio Cicerón, a
propósito de la conspiración de Lucio Sergio Catilina: "¿Hasta cuándo, Catilina, abusarás de nuestra
paciencia? ¿Hasta cuándo esta locura tuya seguirá riéndose de nosotros? ¿Cuándo
acabará esta desenfrenada audacia tuya?"...
Mismas preguntas parecidas
les haría a ese par de vende-patrias llamados Artur Mas y Mariano Rajoy.
Con millones de parados,
millones de inmigrantes, una deuda pública de más de un billón de euros, los
impuestos por las nubes, la corrupción institucionalizada por todas
partes,.....nuestro país ya no está para nuevas aventuras. Pero enfín, parece
que estamos entrando en otro lamentable capítulo de la negra crónica Tragedia
Nacional, y esto debiera de acabarse, y volver a la sensatez, y a los valores
del patriotismo, del trabajo, del esfuerzo, de la honestidad, de la honradez,
del sentido común y del buen hacer, que buena falta nos hace como pueblo con
Historia común y con destino común. No me queda otro remedio que quedarme con
la duda, ya que si Catalunya se fragmenta, no solo luego se fragmentará a sí
misma, sino que además se fragmentará el resto de España, y eso a todas luces y
con reiteradas razones históricas, es algo malo, muy malo.