No es que esté de acuerdo
con el modelo social sueco (demasiado restringido, con demasiados impuestos y
libertades bastante recortadas), pero creo que los políticos españoles también
podrían hacer como los suecos, tal como se ve en ese pedazo de reportaje, sin
tanto abuso en dietas, prebendas, coches oficiales, móviles gratis, tablets
gratis, cubatas subvencionadas, aviones gratis, trenes gratis, autopistas
gratis, hoteles gratis, y larga variedad
de privilegios (todos ellos pagados por los contribuyentes), que son una
verdadera vergüenza. Y aún no teniendo bastante, sin contar los sobres
en negro aparte, fuera del control de la contabilidad oficial, como es el caso
que supimos por cierto polémico tesorero de partito político. El caso es que en
España, los políticos disfrutan de una vida casi aristocrática, a costa de los
impuestos que imponen a ese pueblo que dicen representar, y eso tendría que
cambiarse ya, por lo inmoral y escandaloso que es, aunque en España, por lo general
ser político y tener vergüenza al mismo tiempo, son dos términos que no casan
bien.