lunes, 6 de agosto de 2012

LAS VACACIONES DEL PRESIDENTE RAJOY

Como ciudadano y como español en paro involuntario, me parece de muy mal gusto que el presidente se haya tomado unas vacaciones cuando España cual Titanic recién chocado desde hace un ya largo tiempo está haciendo agua por todos los lados y camino a hundirse. Tenemos unas cifras de paro a niveles insostenibles, el déficit desbocado, miles de españoles buscando alimentos en locales de cáritas o los contenedores de basuras, la inmigración sin controlar y sin ganas de marcharse, las cárceles cada día más llenas, insolvencia pública en el pago de proveedores y demás servicios, la errónea próxima subida del IVA a punto de castigarnos otra vez, la caída en picado del consumo, la subida continuada de las primeras necesidades, el cierre constante de empresas, miles de viviendas embargadas, los bancos ven vaciarse sus depósitos, etc…, y tantos y tantos problemas que dejan un panorama desolador y que son graves asuntos que afectan muy sensiblemente a los ciudadanos y que por tanto reclaman al máximo toda la atención de un presidente serio, con lo cual es inmoral y de muy mal gusto dejar que se tome unas vacaciones en estas circunstancias excepcionales, con la enorme faena y dedicación que supone tener que arreglar todo ese grandísimo problema. Da una pésima imagen, pues sólo los vagos e irresponsables pueden pensar en vacaciones en estas graves circunstancias excepcionales.
Con lo mal que está el país, es escandaloso que se marche de vacaciones, lo cual indica que en La Moncloa sólo está de pasada como inquilino para apuntarse otro tanto en su carrera política, y en realidad no le preocupan los problemas de los ciudadanos, y menos los de los parados porque…¿cómo le explicas a un parado y a su familia que vas a arreglar el desempleo, si te vas de vacaciones y con ello te das a la buena vida y te olvidas del sufrimiento por el que pasan millones de españoles?. La tarea que hay que hacer, es inmensa, y la cosa no está para tomarse unas vacaciones: sobretodo hay que empezar por arreglar el paro, eliminar todas cuantas normativas ponen trabas a la creación de empleo, estimular a las empresas para que contraten parados, trabajar en buscar nuevos mercados para nuestros productos, bajar los impuestos que cada día nos empobrecen más, simplificar la sobredimensionada legislación, arreglar la corrupción cuyo origen está en los excesivos impuestos, reformar y adelgazar la gigantesca administración pública, etc…. Pero ya se ve, al igual que antes de la Revolución Francesa, la casta política española, y con ello el presidente que representa a toda esta, es como la aristocracia que sólo se cuida de proteger sus privilegios con el régimen y sistema social imperante que ellos mismos han construido, y darse a la buena vida. ¡Una vergüenza!. Luego, no sé si cargará pilas para septiembre, pero cuando vuelva ya veremos la que se nos caerá encima cuando se larguen los turistas al mismo tiempo que nos va a apretar la tuerca del IVA, y se corre el peligro que se termine por quitar la ridícula paga de los 400 euros que mantiene a los parados en la miseria, cuando no en el hambre, y más con un presidente que tiene sobrada fama de inepto, vago, flojo, incompetente, y a la par ya con ganada fama de timador, pues prometió crear empleo y bajar impuestos, y al final ha hecho todo lo contrario de lo que prometió. Se prevé un otoño-invierno frío, gris y deprimente, en el cual más de uno se va a suicidar, pero eso no aparecerá en las noticias. Lástima que ya no tengamos a Lola Flores para quejarse sobre el IVA y esa hacienda pública que no es otra cosa que una agencia de robos encubiertos a mano armada con tinte de legalidad. Quizás sería bueno que Franco resucitara, pues hasta el momento y en los últimos 50 años, era uno de los pocos políticos que en realidad con sus hechos y no palabras demostró preocuparse por el bienestar de los españoles, y se le hecha en falta. Estar en paro ya es de por sí unas tristes y prolongadas vacaciones, muy distintas de las que afortunadamente se toma el presidente, y el resto de la casta política. Ladrones sinvergüenzas es lo que son, y no vendría mal que fueran pasados por una guillotina.