martes, 14 de agosto de 2012

LA PAGA DE LOS 400 EUROS PARA PARADOS CON SUBSIDIOS AGOTADOS

Tras una reunión del presidente Rajoy con Su Majestad en el palacio real de verano de Palma de Mallorca, se ha sabido que ése iba a prorrogar la ayuda del llamado “Plan Prepara” de los 400 euros a 6 meses para aquelllos parados que han agotado todas las modalidades de subsidios, con la condición de que participen en unos programas de reconversión de empleo, consistentes en acudir a cursos de formación, y a buscar empleos. El coste de esta ayuda al colectivo de parados más desamparado, tiene un precio insignificante si lo comparamos con el coste del resto de los despilfarros de la cosa pública: el último coste de la ayuda de los 400 euros ha supuesto un coste de apenas unos 1000 millones de euros (insignificante si lo comparamos, por ejemplo, con los 100.000 millones de ayuda europea para el rescate bancario), teniendo en cuenta que el coste del desempleo del presente año está aproximadamente en los 29.000 de euros, casí lo mismo que pagamos en intereses de la Deuda Pública –que se ha doblado escandalosamente desde que empezó la crisis en 2008- (y que encima no nos es productiva), y en un contexto de presupuestos generales del Estado que se calculan en unos 312.000 millones de euros. Y el coste de las pensiones de nuestros abuelos se estima en los 116.000 millones de euros. Observar las cifras y comparad, para poder decir que si no sería de justicia dedicar un pequeño esfuerzo más a proteger a los parados. En realidad, la situación económica en España está tan mal, que apenas no se encuentra ningún tipo de empleo, salvo los que exigen mucha especialización, mucha experiencia, y además formar parte de un segmento de edad muy joven, condiciones que no cumplen aproximadamente más del 95% de los parados españoles. De modo que, hoy por hoy y ahora por ahora, se puede afirmar que es prácticamente imposible encontrar empleo en España. Para terminar con esa esta situación de paro en la que se encuentra una buena parte del país, se hacen muy necesarias profundas reformas y tomar medidas drásticas. Entre las principales han de estar las de suprimir toda clase de normativas que pone impedimentos a la creación de puestos de trabajo y a la inversión teniendo en cuenta que el 95% de las empresas españolas tienen menos de 10 trabajadores, bajadas de nóminas públicas e incompatibilidades en cobrar varios sueldos de políticos y altos funcionarios, expulsión total de todos los inmigrantes que se aprovechan de nuestras subvenciones y con su presencia reducen la calidad de la sanidad y la enseñanza así como usurpan los puestos de trabajo al resto de los españoles sin empleo, bajada generalizada de los impuestos, y elaborar un plan de obras públicas productivas como por ejemplo la construcción de pantanos y de depósitos de agua que hagan que ésa sea abundante y barata y que además genere electricidad para abaratarla, etc… Medidas que llevarían a un resurgir del patriotismo y el orgullo de ser español, en un marco de una doctrina de “España para los españoles”. Naturalmente que se hace necesario prorrogar por un tiempo la deuda, para que se pueda mover de nuevo el tejido productivo que ha de generar los puestos de trabajo, estimular el crecimiento, y con ello crear la riqueza con la que financiar el pago de la deuda nacional. Mientras tanto dure esa situación de estancamiento laboral y esperando a que vuelva la recuperación económica, los parados sólo tienen al gobierno para que les garantice su amparo. Con lo cual no se trataría ya de prorrogar esa ayuda de los 400 euros de insignificante coste público, sino de garantizar un subsidio social para todo parado que se aproximara al salario mínimo y que dignificara más ese amparo para él y para su familia, a costa de la solidaridad del resto de los trabajadores españoles, solidaridad que dudo mucho que los trabajadores españoles quieran trasladar a los inmigrantes que indirectamente son causa del crónico paro español. Ayuda económica que el gobierno podría incrementar también, dando vales o bonos a los parados en peor situación para la obtención de alimentos de fabricación española (no de importación extranjera), que de esta manera indirectamente ayudar a la industria alimentaría española.