lunes, 16 de agosto de 2010

SARAOS Y TERTULIAS EN LA BODEGUILLA


Un presidente también tiene que divertirse. Recuperaría para la Moncloa aquellos encuentros que puso de moda Felipe González en la llamada “bodeguilla de la Moncloa”, un espacio habilitado especialmente para esta forma particular de juerga, contratando a orquestas, humoristas, y demás artistas que animen la fiesta. Lo que no sé es por qué al final lo abandonó el ex presidente socialista; quizás fuera que estuviera cansado de las fiestas que terminaban en discusiones políticas, y ya no le fueran las juergas, por lo que se pasó al cultivo de bonsais, algo más relajante en el estresante ejercicio de la política.

Intentaría que esa iniciativa se celebrara por el viernes por la noche, normalmente un día que la gente suele salir de marcha o de juerga, dejando el resto del fin de semana para otras actividades de ocio más personales y familiares.

No todo es política, y existe una cosa muy fuera de la política, pero que cuenta mucho en un país: el conjunto de la sociedad civil y sus fuerzas vivas. Intentaría invitar cada viernes a un grupo de personajes diversos: escritores, científicos, actores, deportistas, miembros de entidades de minusválidos, etc.… etc.…. representativos de toda la sociedad española, para poder escuchar sus preocupaciones, sus inquietudes, sus problemas,….que me ayudaran a conectar más con el pueblo, y de esta forma conocer más a fondo sus problemas y aspiraciones, con ideas frescas y renovadas que me ayuden en las decisiones políticas. Naturalmente también invitaría a algún parado y su familia escogido al azar.

Eso daría lugar a una gran tertulia, reunidos en un ambiente distendido, tomando la forma de un aperitivo previo a la cena, para dar paso luego a un buen menú, más propio de fiesta de pueblo, con jamón jabugo, asado al horno, los mejores vinos del país, etc…., con una gran variedad de platos a escoger por parte de todos los comensales invitados.

Después de esto, la tertulia continuando, para terminar con un gran espectáculo, donde no falte ni el sarao ni el baile.

Y es que en ese viernes noche, intentaría divertirme, conseguir divertir a los demás y hacer que los demás se diviertan. Como una actividad más de hacer política, y además que sea provechosa en el acercamiento presidente-gente del pueblo.