sábado, 12 de septiembre de 2015

EL PLEBISCITO CATALÁN DEL 27 DE SEPTIEMBRE DE 2015


 

Aunque algunos piensen que las elecciones catalanas del 27 de septiembre son para elegir diputados al parlamento, como si fueran una rutinarias elecciones autonómicas más, tengo más la sensación de que eso es un plebiscito encubierto. Es decir un referéndum para votar SI o No  a la independencia de Catalunya.

Todos los partidos que desean el SÍ  a la independencia, sean de derechas, centro o de izquierdas están unidos en forma de una extraña coalición del cual no sabremos exactamente qué programa de gobierno puede presentar y con qué tintes ideológicos para cada caso, pues no es lo mismo un presidente o un conseller de economía y hacienda comunista que otro liberal-conservador, aunque sólo les faltaba incluir a la CUP (radicales catalanes de izquierda) para formar esa opción unitaria por el SI a la independencia.

Los partidos que desean el NO a la independencia de Catalunya, tanto de derechas, centro o izquierdas, van divididos y bastante fragmentados, siendo Ciudadanos como la marca blanca del PP, o Podemos como la marca blanca del PSOE o algo parecido, aunque en el caso de Podemos de un mayor extremismo radical virando más hacia la izquierda, sólo por citar un par de ejemplos. Aparte de también se incorpora el Unió, partido que era ex socio de Convergencia, i también contrario a la independencia de Catalunya.



Aparte hay que decir que los partidos identitarios, es decir, pro nacionales primero y anti inmigración ilegal, como el caso de Plataforma por Catalunya, no estarán presentes en esta contienda electoral, aunque se presume de que sí se presentará a las generales, el cual también puede representar un sector importante del electorado descontento con la actual casta política.

Lo cual la táctica de los antiguos romanos "divide y vencerás" favorecerá a la opción del SÍ a la independencia, teniendo en cuenta que el recuento de votos se hará conforme indica la Ley de Hont, vigente hasta ahora, y que favorece a los partidos o coaliciones más votadas. Lo cual, ese plebiscito o referéndum camuflado del SÍ O NO a la Independencia de Catalunya, tiene muchísimas posibilidades de que de gane el SÍ a la Independencia por mayoría absoluta.

No obstante, aunque los partidos pro independencia consigan la mayoría absoluta gracias a la regla de Hont (sin necesidad alguna de que sean la mayoría de los votos del conjunto de todos los electores censados en Catalunya), no creo que a las pocas horas se proclame el "Estat Català" como hizo Francesc Macià en su momento, por allá a principios de los años treinta del siglo pasado. Sencillamente porque aunque ganasen por goleada los pro independencia por Catalunya, sería inconstitucional, y por tanto algo ilegal, y si al final las cosas se fueran de la mano, no sé si al final falla la sensatez política nos podríamos encontrar en un escenario que tendrían que intervenir los tanques del ejército, aunque no sería deseable ya que agravaría las cosas pues muy feas están las cosas cuando hay que sacar al ejército. Que por otra parte esos hechos contrastan con que cuando se votó la Constitución Española de 1978, que es la máxima ley vigente en todo el territorio español (incluido Catalunya), si no recuerdo mal, más del 60% del electorado catalán votó SÍ a la Constitución Española, con un 30% de abstención aproximado si mal no recuerdo.



El gran fallo de los partidos constitucionalistas en esas elecciones catalanas es que se presentan divididos, y los pro independencia se presentan unidos, lo cual, dejando aparte lo que se considera o no legal, el enorme daño que se va a manifestar con el resultado, es que la sociedad catalana quedará mucho más fracturada y dividida, muy distinta de aquella sociedad catalana que en 1978 votó la Constitución Española por amplia mayoría.

No obstante, las elecciones generales de fin de año, si los partidos catalanes pro-independencia no se presentan unidos, se podrá ver mejor y más a las claras qué porcentaje más exacto de catalanes desea la independencia.

En fín, que los juegos y las aventuras políticas traen consecuencias y ya estamos en ello. Sólo queda por ver cómo se desarrollará todo esto, porque como los resultados sean muy ajustados, hará mayor inestabilidad y conflictividad política, cosa que no es buena ni económicamente ni socialmente. Pero bueno, como decía el Rey Felipe VI, en una ocasión que todavía era Príncipe de Asturias y visitó Catalunya: "Catalunya será lo que los catalanes quieran", un enunciado muy complicado de interpretar bien según el color del cristal que cada uno lo mire.


Eso sí: si al final Catalunya se independiza, se desmembrará y se romperá el resto de España con cada uno de sus respectivos territorios. Sería el principio del fin de España como Estado y como Reino, y esto es lo que se juega España y los españoles: una España rota y dividida en innumerables nuevas repúblicas de taifas, y desde luego más empobrecida económicamente consecuencia de la falta de unión.