sábado, 12 de septiembre de 2015

CRISIS DEMOGRÁFICA EUROPEA, UNIÓN EUROPEA E INMIGRACIÓN MUSULMANA

 

¿Os habéis fijado que Suiza, al que se considera uno de los países más ricos de Europa, no acoge ni se ofrece voluntariamente para acoger a esos inmigrantes extranjeros que ahora los llaman "refugiados", casi todos de procedencia musulmana?.  Claro, no es socio de ese extraño club que llaman "Unión Europea", de la que tampoco son socios los países balcánicos , Noruega e Islandia, aunque ese par de últimos países aparentemente se muestran partidarios de acoger a extranjeros (se supone por lo extenso de su territorio en comparación con su escasa población).

 

Otro tema aparte es que la cruz que forma y simboliza la bandera y el escudo de Suiza "asuste" o sea considerado como "blasfemia intolerante" para la cultura y credo que conforman los musulmanes y no la soporten.

 

Lo único que tiene de bueno la Unión Europea es la libre circulación e utilización de una moneda común: el euro, que tanto beneficia al comercio y a la economía. Para todo lo demás, es lo más parecido a una jaula de grillos que paren leyes comunitarias que no deja satisfechos a ninguno de los países, como ahora podemos ver en la "cuota obligatoria" de inmigrantes a acoger por citar un ejemplo, y en la que el único interés de cada país es aportar lo menos posible a las arcas comunitarias europeas y obtener lo máximo posible de los fondos europeos. En otra palabras, ese extraño invento de la "Unión Europea" no nos sirve para nada, salvo para empeorar nuestras vidas (como ahora vemos con el caso de las "cuotas obligatorias" de extranjeros a acoger), y para lo único de positivo que tiene es para el uso común del euro como moneda de intercambio.



La excusa de fondo que más utilizan para acoger a los inmigrantes es que muchos de sus países tienen la población envejecida y necesitan nueva población joven que vengan a pagarles las pensiones (de ahí el gran interés que tiene Alemania en acoger inmigrantes sin limites). Pero España también es un país que envejece rápidamente, pero a causa de la crisis y el paro, buena parte de su población joven ha tenido y tiene que marcharse a otros países a buscarse el trabajo y la vida, con lo cual se contradice con los intereses de Alemania en cuanto al tema del desequilibrio demográfico. Es decir, Ángela Merkel cree que los cientos de miles y hasta millones de inmigrantes que van a acoger, con el tiempo se incorporarán al aparato productivo alemán y servirán para pagar las pensiones de los jubilados alemanes, aunque no lo diga tan directo ni tan fuerte, ya que no le resultaría electoralmente rentable. Pero eso es un gran error, porque personas de otras culturas, mentalidades y credos (muchas veces incompatibles con nuestros principios y valores de libertad y democracia) no nos van a pagar las pensiones, ni se integrarán, ni tendrán ese espíritu de patriotismo que es más propio de entre los nacionales que no entre los extranjeros, y en todo caso se aprovecharán de todo lo aprovechable que les pueda ofrecer el país: servicios sociales gratis, ayudas, trabajo que quitan a los nacionales, etc...

 

¿El problema del desequilibrio demográfico que tanto preocupa a Ángela Merkel (por lo menos sólo pensando en su propio país)?. Es decir, el problema de que cada día hay más jubilados que perciben pensión, y menos jóvenes en el mercado laboral. Pues extrapolado el problema alemán, lo analizaré desde la perspectiva de cómo lo tenemos aquí en España. Ese desequilibrio demográfico sería tan sencillo de resolver si consideramos, por ejemplo, los gastos que supone para el Estado soportar a toda la inmigración existente. De los aproximadamente 47 millones de habitantes oficiales que hay en España, unos 40 son españoles, y los 7 millones restantes son de origen extranjero, sean inmigrantes que han obtenido la nacionalidad española o inmigrantes residentes, y aunque no existe ninguna estadística oficial, podría ser que pudiéramos llegar entre 8 y 10 millones los inmigrantes ilegales de más que tenemos en España, y todos acogidos al sistema del cual se aprovechan, como el sanitario, la educación, las ayudas sociales, o los servicios judiciales gratis, por citar unos cuantos ejemplos. De los aproximadamente 7 millones de inmigrantes legales que tenemos, aproximadamente tan sólo cotizan unos 1,7 millones de los cuales el resto no aportan nada en absoluto a las arcas del Estado, sean legales o ilegales, y aparentemente si se aprovechan todos ellos, sean legales o ilegales, de los servicios o ayudas disponibles por parte del Estado, siendo en su conjunto incluso mucho más beneficiados de todo ello que no los propios españoles como todos sabemos y hemos podido comprobar, y que son los propios españoles los que más aportan en mantener ese sistema del que se aprovechan y benefician mucho más los que menos aportan, que en esta caso es la inmigración, sea legal o ilegal.



Considerando que el monto de los costes de la inmigración para el Estado es uno de los secretos mayor guardados para que lo ignore la ciudadanía, si tuviera que hacer una estimación aproximada, me atrevería a decir que con todo ese gasto nos saldría que a cada familia española se la podría subvencionar por cada hijo entre 2000 y 3000 euros mensuales, y aún es posible que me quede corto en mis cálculos de estimación aproximada. Seguro que os impresionará porque es muchísimo más dinero de lo que sueñan en ganar la inmensa mayoría de los españoles que a duras penas no llegan ni a mileuristas, pero las matemáticas dan esas cifras aproximadas.  Si cada familia española joven (o de cualquier edad) percibiera de subvención entre 2000 y 3000 euros mensuales, estoy totalmente seguro de que se acabaría para siempre el problema del grave desequilibrio demográfico que tenemos, los nacimientos de nuevos españolitos se multiplicarían, y así podría ser posible que fueran los hijos de los españoles los que nos pagarían las pensiones, porque esos sí serían verdaderos patriotas y de esencia totalmente española, sin problemas de integración ni con los conflictos propios y derivados de las "multiculturalidades". Es pues una cuestión matemática: quitar todos los gastos que absorbe la inmigración y que no nos aporta nada positivo para nuestro país (sino todo lo contrario), y destinarlo para ayudar a las familias españolas subvencionando cada hijo que tengan, que esto sería lo inteligente de hacer, aunque ahora de momentos a muchos les parezca una utopía o medida radical injusta, discriminatoria e insolidaria contra la inmigración.  Y eso es lo que ignoran la Merkel, Rajoy y todo el resto de políticos europeos miopes que nos están metiendo el Caballo de Troya que sólo nos traerá más y más conflictividad, pobreza, impuestos, desempleo, inseguridad, y nuestra propia destrucción como cultura y pueblo.