lunes, 26 de noviembre de 2012

LECTURA DE LOS RESULTADOS ELECTORALES DE LAS ELECCIONES CATALANAS DE 25 DE NOVIEMBRE DE 2012




Siento una gran pena por los resultados electorales de ayer en Catalunya. Se consolida una casta política corrupta que está llevando al país a la deriva y a la pérdida de las señas de identidad. Preveo la formación de una sociedad con una pluralidad de mafias controlando sus feudos respectivos en donde la figura del “padrino” adquirirá mucho peso para obtener alguna influencia y sobrevivir; un paí
s retrasado donde no existe ni la solidaridad ni el amor a la patria ya que los de casa no son los primeros en sus legítimos derechos; y en el cual su casta política sólo procurará tener complicidad entre ella misma para enriquecerse, conservar los cargos y perpetuarse, sin preocuparse siquiera de crear puestos de trabajo ni velar por el progreso general de la ciudadanía catalana, un precio que saldrá muy caro de pagar a los ya sobradamente sufridos ciudadanos. Los resultados electorales han puesto de manifiesto una inmensa mayoría de electores aborregados influenciados por el aparato propagandístico de las televisiones y demás medios de comunicación social claramente manipulados desde las esferas del poder, que con el tiempo ya tendrán ocasión de lamentarse y quejarse de todo lo que por clara falta de conocimiento votaron, ya que ha quedado un país completamente dividido, desilusionado, incierto y sin futuro claro del que se aprovecharán y beneficiarán al máximo los extranjeros (20% de la población asentada en Catalunya) con aquello de “divide y vencerás”. Se prevé años difíciles, y en cierto aspecto bastante dramáticos, que propiciará mucho la emigración, sobretodo por parte de los jóvenes, la inmensa mayoría de los cuales no tienen un futuro claro y seguro en la propia ingrata patria, donde ya casi no existen las oportunidades y va ya camino a venderse en el resto de lo que le queda. Y así nos irá, aunque a la par cualquiera tendrá que aguantar el palo de su propia vela y subsistir como pueda en ese país de extraños, carente del sentido del patriotismo, donde cada uno va a por la suya, y sin claras oportunidades de futuro. Tremendamente patético y lamentable, no me siento nada orgulloso por ello, y ya no voy a llorar por ti, Catalunya, sólo que siento una gran pena y una inmensa vergüenza como catalán y como español.