“Incluir la tarjeta sanitaria en el DNIe hubiese ahorrado
hasta 500 millones de euros a los contribuyentes”, ponía un titular de hoy de
la prensa digital, cuyo enlace os dejo más abajo.
Parece mentira: DNI, carnet de conducir, tarjeta de la
Seguridad Social, tarjeta de minusválido, tarjeta joven, tarjeta tercera edad,
tarjeta de familia numerosa, empadronamiento, pasaporte, visado, residente, etc… todo se podría incluir en una sola y única
tarjeta que sirviera para todo, con lo que se ahorraría de ir de un sitio para
otro, fotos, tasas de los papeleos, etc… Igual como lo harían con una tarjeta
bancaria, o de grandes superficies, que sirve para varias cosas. Pero aquí, en
vez de técnicos más preocupados para racionalizar y optimizar los usos, los que
deciden son políticos, que se ve a lo que van.
Al parecer, en otros países más avanzados tienen lo de “todo en uno, y
que sirve para todo”. De hacerlo todo en uno, se ganaría en eficiencia, y nos
saldría más barato a todos.
500 millones de euros en impuestos a los contribuyentes son
mucho dinero (sin contar las vueltas de los ciudadanos ir de un lado para otro,
cada vez que hay que renovar o obtener alguna tarjeta, y los costes que ello
supone en el bolsillo particular de cada uno, así como el tiempo que se le
dedica a tan ingrato menester). Pero ya que en este caso se habla de 500
millones que se pierden por no fusionar la tarjeta sanitaria con el DNI, se
hablaría de muchísimo más dinero si se fusionaran el resto de tarjetas
aplicables a las utilidades en las que entra cosa pública con ciudadanos.
Hay que pensar que 500 millones son la ayuda de los famosos
426 euros en un año, para casi 100.000 parados, y ya sería hora de que el
gobierno se preocupara de hacer algo más inteligente. En este caso yo, sin duda
alguna lo haría.
Os dejo aquí con la noticia de hoy:
INCLUIR LA TARJETA SANITARIA EN EL DNIE HABRÍA AHORRADO HASTA 500 MILLONES
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SERVÍA PARA IMPULSAR EL USO DEL DOCUMENTO
Incluir la tarjeta sanitaria en el DNIe habría ahorrado hasta 500 millones
Entre 50 y 500 millones, como mínimo, ahorraría el contribuyente de haberse incluido la sanidad pública como una oferta más del DNI electrónico. Lo abultado de la horquilla se justifica por el dispar precio de las tarjetas que actualmente circulan. Si Sanidad optase por una tarjeta sanitaria de banda magnética, algo desfasada y con un precio para grandes volúmenes por debajo de los 10 céntimos, el Estado pagaría en torno a 50 millones de euros sólo por poner en marcha el nuevo soporte.
Ahora bien, si se optase por el modelo criptográfico (conocido como "tarjeta con chip"), que es el que han adoptado los bancos y el DNI electrónico, la maniobra se situaría alrededor de los 500 millones de euros, que es la resulta de multiplicar 47 millones de españoles por los 10 euros de coste que tiene este dispositivo. Las diferencias entre ambos modelos estriban en la durabilidad y la seguridad: en ambos casos, el modelo con chip se impone por notable diferencia.
Otra de las ventajas de su inclusión en el DNIe es el uso de la plataforma de validación @firma, contra la que trabaja la mayor parte de la Administración Pública y que funciona con la firma electrónica del DNI. No habría sido necesario tocar prácticamente nada en términos de desarrollo.
Nadie tiene una explicación
Ninguno de los actores implicados que ha consultado Teknautas tiene una respuesta clara a la pregunta ¿por qué no se integra la tarjeta sanitaria en el DNIe? Desde Sanidad indican que, al tener su ministerio casi todas las competencias transferidas, la decisión final se tomó con los presidentes regionales. En Interior y las instituciones señalan los dos motivos que el ministerio de Mato argumentó en contra durante las conversaciones: que los menores de 14 años y los extranjeros no tienen DNI. "Son objeciones que hemos rebatido una y mil veces. Es mejor hacer tarjetas específicas para estos dos sectores que para todo el país", señalan desde Interior.
Otras versiones sostienen que, lo que en realidad quería Sanidad, es "una tarjeta sanitaria con el escudo de España" (en efecto, es una de las características obligatorias del documento, que deja libertad en el resto de especificaciones). Sin embargo, ¿acaso el DNI no cuenta con un distintivo idéntico?
La neblina que envuelve la decisión de Sanidad produce monstruos: "Las conversaciones han existido hasta poco antes del verano, y la postura de Sanidad era favorable a la inclusión. Todos nos quedamos helados cuando se anunció la tarjeta sanitaria en los términos en que se hizo. Y claro, hay quienes piensan que el único motivo es el negociete que alguno tenga montado en torno a la fabricación de tarjetas", relatan fuentes conocedoras de la negociación.
Futuro oscuro para la tarjeta sanitaria
Al menos dos comunidades, Madrid y Andalucía, expresaron su deseo de unificar los documentos. El Ejecutivo de Ignacio González incluso llegó a dibujar un libro de ruta con la creación de un piloto a corto plazo. Andalucía, por su parte, es su más ferviente defensora. Inmediatamente después del Consejo de Ministros del 20 de septiembre emitió una nota por la que lamentaba los cambios que la tarjeta sanitaria conllevaría en sus sistemas informáticos, cuantificados en 12 millones de euros.
También incluye este párrafo: "La decisión tomada hoy en el Consejo de Ministros se contradice en gran medida con la aprobada el pasado febrero en este mismo seno en relación a la ‘Agenda Digital’, donde se proponía el DNI electrónico como único elemento de identificación polivalente para todos los españoles, y que sería también la vía de acceso a los sistemas sanitarios en sustitución de las tarjetas sanitarias".
En el Ministerio de Interior no dan todo por perdido: "Estamos en un momento económico que hay que mirar cada euro que gastamos, así que seguiremos intentándolo con Sanidad hasta el último momento".