La semana que entra, sabremos el contenido de la declaración
de la renta y el patrimonio del presidente Mariano Rajoy, con lo cual sabremos
exactamente el dinero que tiene (claro, del dinero negro no podremos saber
absolutamente nada, ya que escapa a esos controles, con lo cual de nada valen
las “declaraciones juradas”), en principio se supone que cobra como presidente
del gobierno más o menos 78.185 euros anuales, después del recorte de Zapatero
de un 15%. Luego tiene el sueldo de presidente del Partido Popular, estimado en
unos 149.000 euros anuales, partido que se financia especialmente con las
subvenciones del gobierno (los donativos de particulares o empresas, así como
las cuotas de afiliados, son cantidades mínimas e insignificantes). Como
funcionario, conserva la plaza de registrador de la propiedad en Santa Pola,
provincia de Alicante. Se dice que el sueldo anual de un registrador de la
propiedad es de 1,3 a
1,8 millones de euros anuales. En calidad de registrador, al no estar
actualmente trabajando como tal, recibe el 25% del sueldo de su sustituto. Y de
momento desconozco si recibe más sueldos de otros sitios. Por lo tanto Mariano
Rajoy recibe más de 325.000 euros al año de este trabajo. Con lo que en total
Mariano Rajoy cobra más de medio millón de euros anuales procedentes de los
impuestos que pagamos todos los españoles, uno de los sueldos más altos de la
política española, y claramente insultante en un país con más de 6 millones de
parados, con más de un 60% de sus trabajadores cobrando por debajo de los 1000
euros mensuales, y cientos de miles de parados con una ayuda limitada de apenas
426 euros.
Aparte, lo insultante aquí es que un registrador de la
propiedad, tenga que cobrar tan inmensas y escandalosas cantidades de dinero.
En la Antigua Roma, las encargadas de guardar los testamentos y escrituras
(registros de propiedades), eran las vírgenes vestales, que además también
servían al Pontífice Máximo, en la Domus pública, sede del máximo sacerdote
romano y el edificio público más importante de toda Roma, donde también estaban
guardados todos los testamentos y demás documentos de propiedad de los
ciudadanos romanos, desde el acaudalado terrateniente que tenía miles de hectáreas
de cultivo con miles de esclavos, hasta el ciudadano más modesto que tan sólo
tenía un par de cerdos en propiedad junto con alguna esclava y viviendo en
alquiler, y apenas a nadie se le cobraba por ese servicio público. Si en la
Antigua Roma apenas no se cobraba nada a los ciudadanos (ni al más pobre) por
ese servicio, ¿por qué los registradores españoles han de cobrar esos abusivos
sueldos?. Con lo cual quiero indicar que
en este sentido mi crítica va contra la casta de los funcionarios que pueden formar
también una corporación cerrada de “ladrones” que se aprovechan de las
necesidades de tener legalizadas sus propiedades los ciudadanos, en defensa de
sus privilegios y sus cargos vitalicios, mientras buena parte del pueblo
español sufre permanente pobreza crónica e incierta. Algo de verdadera
vergüenza en los tiempos de crisis, de recortes y de austeridad que se exigen
por parte del gobierno.
Ladrones de la cosa pública, que al botín lo llaman
“impuestos” ahí están, pero pronto conoceremos la fortuna de Mariano Rajoy, que
seguramente a más de uno le parecerá completamente insultante. Pero que no
extrañe a nadie, porque incluso a los multimillonarios la declaración de la
renta les sale “a devolver”, y por eso todo el mundo elude todos los impuestos
que puede, siendo la existencia del dinero negro en más cantidades de lo que
imaginamos, sobretodo entre la gente adinerada.
Claro que se habría que establecer por ley un sistema de
incompatibilidades entre los políticos: con un solo sueldo público basta, y
además no más allá de 3 ó 4 veces el salario mínimo vigente, con lo cual se
evitaría el robo y abuso del dinero público, convirtiendo la política en una
vocación de servicio al pueblo, y no en el negocio fácil de la casta política y
funcionarial a costa de las cargas tributarias sobre el pueblo.