Los acontecimientos de Egipto demuestran lo erróneas que
eran las estupideces tipo “Alianzas de Civilizaciones” auspiciadas y
apadrinadas por siniestros personajes de muy escasa inteligencia política como
José Luis Rodríguez Zapatero, o Barack Obama (ambos cómplices de lo mismo).
Las religiones sólo son buenas cuando son tolerantes y
acogedoras con las demás, como lo era, por ejemplo, la doctrina religiosa del
antiguo Imperio Romano, o la actual de la cristiandad que propone convivencia de
religiones, tal como expone el Papa Francisco I. Pero cuando empieza a
predominar e imponerse una religión que se las da de “ser la verdadera”, que
considera a todas las demás “herejes, infieles y pecadoras”, que busca hacer de
la misma la ley absoluta de todo un país, y además, entre otras cosas, impone y
anula completamente a las mujeres de acuerdo con su dogma (no hablemos de
burkas,y demás muestras de represión o anulación del ser humano),….es que
estamos ante un verdadero peligro y problema.
A esos fanáticos religiosos de la intolerancia, deberían de
dejarse que se pudrieran dentro de sus propias fronteras, porque se cuentan por
millones, y con ello que hagan sus propias revoluciones pro libertades y pro
democracia dentro de sus propias fronteras en cuanto se den cuenta de sus
propios errores, y el mundo civilizado no debería de abrirse para que entrara
cualquiera dentro de sus fronteras. Por eso las fronteras son más necesarias
que nunca, y cada cual debe de estar en su sitio, no siendo recomendable mezclar
nacionalidades, culturas y religiones, porque entre sus incompatibilidades y
desavenencias, ya sabemos de las violencias de cómo acaban terminando al final.
No llevemos ni dejemos entrar, pues, la violencia y la intolerancia de esos
lugares que no son los nuestros, ni nos involucremos con causas o guerras que
no son la nuestra, diciéndolo en este caso por nuestra España.
En pleno siglo XXI, lo laico o por lo menos las opciones de
los respetos y las tolerancias religiosas deberían de ser salvaguarda de las
libertades, y superarse cualquier tipo de intolerancia, especialmente las
religiosas, recordado aquello de “contra la intorelancia, tolerancia cero”, de
la que tanto presumían los abanderados de la libertad y la democracia. En plena
época de internet, en la que la información llega a todas partes, y con ello la
completa libertad de expresión, son absurdos los dogmas de la intolerancia, ya
que al mismo tiempo es más fácil descubrir las “verdades” o las otras ideas con
las que contrastar las diversas existentes, aparte de las propias; es decir, en
la época de internet, ya no caben las censuras, y con ello las intolerancias
religiosas.
En fín, que la realidad de los experimentos tipo “Alianza de
Civilizaciones” y los sucesos de Egipto que en esos últimos días ya se han
saldado en centenares de muertos y miles de heridos (que antes del Islam había
sido tierra de faraones, con otra religión muy distinta y tolerante), nos dan
las lecciones sobre los posibles peligros a los que se puede encontrar el mundo
occidental si sus políticos siguen mirando para otro lado y con ello tolerando
a los propios intolerantes. Y hay que tener cuidado, porque por un lado, los
antiguos romanos decían “¡Ay de los vencidos!”, con lo cual “si quieres la paz,
prepara la guerra”, y por el otro lado
la Historia nos ha demostrado que siempre y en todas partes han existido
“guerras de religión” y gentes de tal fe que creían ganarse el “paraíso”
participando en “guerras santas”. Y ya lo dijo una vez un presidente
norteaméricano (Ronald Reagan): “La guerra es la mayor estupidez del hombre”.
Lo malo es que en España ya llevamos demasiado tiempo
dejando las puertas abiertas para que se cuelen pueblos que conllevan el
fanatismo religioso y cuya cultura y mentalidades son incompatibles con la
nuestra basadas en las libertades y la tolerancia. Y eso es peligroso y
preocupante para España, aunque los políticos nos lo tapen con cortinas de
humo, lo silencien, lo manipulen, o minimicen su importancia. Puede ocurrir que
en el futuro, cualquier día sin darse cuenta, España despierte igual como
Egipto en esos días,…y a por peor. Pero si queremos proteger a España, todavía
estamos a tiempo para tomar las medidas necesarias, cerrando las puertas a los
indeseables y expulsando esa inmigración que ni nos hace falta, ni nada bueno
pueden aportar para España, ya castigada con 6 millones de parados y su
juventud haciendo planes para emigrar a otras naciones más serias, seguras y
con mejores oportunidades de trabajo.
Claro que nuestro papel en el mundo, si queremos un mundo
mejor y más seguro, tendría que ser apoyar y ponernos del lado de aquellos que
están del bando de las libertades, la democracia y la tolerancia, valores que
teóricamente deberían de ser inherentes a la civilización occidental, herederos
del legado greco-rromano. Y por supuesto, que nuestras tropas nada de utilidad
están haciendo en Afganistán, Libano o Irak, apoyando a una causa que nos es
muy ajena y que no es la nuestra, y de ahí deberían de ser retiradas, ahorrando
el coste de los miles de millones del presupuesto de defensa pagados con
nuestros impuestos, que con eso se despilfarran inútilmente, y que mejor
empleados sería destinarlos a crear los puestos de trabajo que buena falta nos
hacen.
Enfín, que eso también son cosas que no nos las explican en
los telediarios, ofreciendo información manipulada, porque o se está con las
libertades, o se está con la intolerancia, y cuando la información no es clara
ni detallada, es que se está siendo cómplice indirecto de la intolerancia. Y
así nos va, lamentablemente.
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