Hace unos días, esa señora tan fea con pinta de reptil,
Lagarte, perdón, Lagarde, Directora General del FMI y con un sueldo
multimillonario, nos dio su respetable opinión de que si en España se bajaran
los sueldos un 10%, se reduciría el paro y se podrían crear más puestos de
trabajo. Y a esa señora francesa, que parece tan astuta, y además tiene una
responsabilidad tan grande llevando el banco mundial que concede créditos de
ayuda a los países de la ONU y les interesa que esos países vayan bien para que
puedan devolver los préstamos, como todo banquero, ¿no se le ha ocurrido pensar
que entre bajadas de sueldos y subidas del IVA, y nuevas modalidades de
impuestos por todas partes, lo que hace es que el consumo se reduzca aún más, al
ser menor el poder de compra y de pago?. Si la gente no puede comprar ni
gastar, por tener unos sueldos tan bajos y pagar unos impuestos tan altos, la
economía pierde fuelle, y ello se traduce en más paro, en más gasto social para
pagar a los desempleados, y en consecuencia, en más malestar social. Eso lo
entiende cualquier ama de casa, Sra Lagarte, perdón, Lagarde, y el horno no está
para esos bollos, para que nos den recetas envenenadas más propias de reptil de
la política corrupta.
Pero una cosa sí que iría bien, rebajar un 10% de su propio su
sueldo y los de toda la casta funcionarial, los de la nómina vitalicia a los
que no les tiene que preocupar para nada encontrarse en la dramática situación
del paro, ya que tienen asegurada la paga que se obtiene de los tributos que
pagan todos los contribuyentes a través de la cada vez más tupida red de
impuestos. Es más, para ser mucho más correcto, incluso les rebajaría poco más
de un 50% los sueldos a la privilegiada casta funcionarial, y al casi medio
millón de políticos que chupan de nuestro propio país. De esta manera, no sólo
repartimos el peso de la crisis entre la casta más privilegiada, inútil, vividora
e improductiva, sino que además nos ahorramos más impuestos, y si ahorramos más
impuestos, más dinero quedará para gastar, consumir, y por ende tirar de la
economía productiva, la que de verdad crea empleo y riqueza para el país.
Gracias por su genial idea, Sra. Lagarde, sólo que me he
permitido una pequeña corrección.