He aquí la carta de la madre de
Carolina Besada Garrido, una chica de 18 años, víctima muerta del accidente del
tren de alta velocidad de Santiago de Compostela. En la carta, la madre
recuerda a su hija, y agradece las muestras de pésame y apoyo recibidos en tan
duros momentos llenos de dolor para ella y su familia.
Pero lo más destacado de su carta
(que la madre pidió que fuera difundida) es lo que expone a continuación:
(…)
“Y
por último quiero dirigirme: a los que se creen "importantes" y
desfilaron ante nuestros ojos para las cámaras, con sus trajes y uniformes,
para "hacerse ver", cuando llevábamos doce horas de angustia, sin
saber si podríamos volver a abrazar a los nuestros. También
al maquinista que, de confirmarse, nos ha destrozado con su irresponsabilidad. A los que vinieron a darnos un falso
pésame porque su cargo o su partido se lo "exigía" (que sepáis que
eso se transmite; habríais demostrado alguna compasión quedándoos en vuestros
lujosos despachos). A los que cedieron a las presiones "de arriba" y
nos torturaron prometiendo información que luego no nos daban. A los que
prefieren "recortar" vidas a tener que renunciar a su coche oficial.
Para deciros que vuestros actos os están pudriendo el corazón, pero que quizá
no sea demasiado tarde para que rectifiquéis y colaboréis en hacer de este
mundo un lugar en el que lo importante vuelvan a ser las personas.”
Y
todas una buenas razones da resumidas en pocas palabras. Las hipocresías de los
políticos son algo típico en esos casos: acostumbran a ir a entierros de victimas de terrorismo,
de víctimas de accidentes, inundaciones o de terremotos, y después de montar la
comedia y hacer las correspondientes promesas, asunto completamente olvidado.
Excepción habría que hacer de la Familia Real, ya que teóricamente en España
está considerada como una más de la familia, y sólo faltaría que se notara su
ausencia, aunque tampoco hay que ocultar que con la vida lujosa y despreocupada
que llevan, el pueblo la siente cada vez más distante, en la media que más
dramas provoca la crisis y el paro, ya que ninguno de los miembros de la Real
Familia Española estará nunca en paro, ni se privan de trajes, vestimentas
lujosas, y los coches de lujo propios de su “ regia profesión”, pero sufragados
por los impuestos de todos los españoles, una inmensa mayoría de los cuales
sufren desempleo, desahucios, incertidumbre laboral, explotación, marginación,
y toda una serie de males por haber que derivan de ellos. Y ciertamente los
demás, los “importantes”, los que venían a dar el falso pésame porque su cargo
o partido se lo exigía, y naturalmente con la vista puesta en los votos de de
esos electores familiares y amigos de las víctimas y que no se olvidaran de
ellos en ese tan dramático e inolvidable día para cuando llegara el momento de
las elecciones, podrían empezar como indicaba la madre de Carolina Besada:
suprimir los coches oficiales, para evitar recortes, e incluso el disponer de
lujosos despachos por otros más modestos, acorde con la situación de pobreza,
paro y endeudamiento en la que se haya sumido nuestro propio país. ¿Y qué
decir, por ejemplo, de los 4000 suicidios anuales por causa de la crisis, el
desempleo y los desahucios, de los cuales ninguno de esos comediantes del falso
pésame, ni han sido capaz de dar nunca ningún pésame, como si fueran los
grandes olvidados?. Claro, cuando tienen delante las cámaras de televisión, y
el país les está mirando, tienen que lucirse bien en su comedia, sin que falte
la corbata negra del luto y todo.
Ahora
seguro que con la excusa de este accidente, dentro de poco se gastarán miles de
millones de los contribuyentes para poner seguridad por todas las vías de los
trenes, que apenas no van a crear ningún puesto de trabajo, ni va a aliviar la
situación de los parados, pero sí hará que muchos se hagan ricos y reforzará
los privilegios de la corporación del gremio de los ferroviarios, muchísimos
enchufados de la nómina vitalicia, y con jerarquías de estilo mafioso, en ese
conglomerado de miles de enchufados públicos que se llama RENFE o ADIF, que
como he dicho, a cargo de los impuestos que pagamos todos los españoles. No os
extrañe, pues, nuevas subidas de impuestos, que con la entrada de agosto, el de
la subida del precio de la luz, es otra de las nuevas de una larga lista de
inacabables tributos. Claro que hay
algunas cosas como son la sanidad y la educación que teóricamente no deberían
de ser recortadas, aunque sí optimizados y racionalizados los recursos que se
dedican a esos gastos, con sistemas de control, competencia y eficiencia,
propia de las empresas privadas que los tienen que aplicar bien para poder
sobrevivir. Claro que se pueden hacer más recortes en obras públicas (trenes, por
ejemplo), innecesarias de soportar en tiempos de crisis y penurias, así como
embajadas, televisiones, etc…. Sin dinero, sin recaudación y con casi de
momento la tercera parte de los trabajadores en desempleo, al final no quedará
nada con que financiar, y consecuencia de ello, igualmente todos nos vamos al
carajo, y lo de ese famoso accidente será como un insignificante mal chiste.
Reducir
las inútiles diversidades de administraciones, y con ello las excesivas e
inútiles legiones de centenares de miles de políticos que cobran y tienen
privilegios de oro, en forma de altísimos sueldos, coches oficiales, lujosos
despachos, y muchas otras más prebendas. Despedir el 80% de la inútil casta
funcionarial que no nos sirve para nada, que nos cuestan un montón de tributos
en mantenerlos, y que no aportan nada productivo en la riqueza y prosperidad
del país. Reformar las leyes laborales, liberalizando todos los mercados y
suprimiendo inútiles normativas, haciendo que sea el propio mercado el que
premie y posesione la calidad del servicio o el producto. Bajar los asfixiantes
impuestos, que son un robo para todo aquel que trabaje. Volver al sentido del
patriotismo por nuestro propio país, dando preferencia a los propios españoles
en nuestra propia casa, en vez de favorecer a extranjeros que nos quitan el
trabajo y los escasos recursos, y que hace que se tenga que repartir aún más la
miseria, y hasta incluso haciendo que nuestros propios hijos tengan que ir a
buscarse sus oportunidades afuera, en vez de quedarse en su propio país. Y en
definitiva acabar con la lacra y vergüenza del paro, para que el nuestro sea un
país libre y con oportunidades para todos. En ese sentido, si hubiera voluntad
política, aún estarían a tiempo de rectificar y con ello colaborar “en hacer de
este mundo un lugar en el que lo importante vuelvan a ser las personas”, como
indicaba la dolida madre de la fallecida por el accidente.
Pero
seguro que los intereses políticos de seguir aprovechándose del Estado corrupto
que ellos mismos han creado, serán más fuertes, prefiriendo tener el corazón
podrido en vez de generoso y valiente en resolver de verdad los problemas de la
patria, y con ello se seguirá apuntalando a la casta político-funcionarial,
para que siga acomodada y mantenida a expensas del resto del pueblo español, y
eso habrá quedado como un débil e insignificante grito en el desierto. En fin,
que esta carta, aunque inútil en las actuales circunstancias, da para
reflexionar.
Os
dejo con el contenido de la carta, publicada en el diario gallego “FARO DE
VIGO”
´VA POR TI, MI NIÑA´
Soy la madre de Carolina
Besada Garrido, que falleció a los 18 años en el accidente de
tren de Santiago. Me gustaría hacerles llegar este escrito y les agradecería
que le diesen la máxima difusión. Mi hija siempre me dijo que se sentía
orgullosa de que fuese una luchadora y sé que no le hubiese gustado que me
quedase callada. Esto es en homenaje a ella. A todas aquellas personas que ayudaron a nuestros seres
queridos y a nosotros mismos en esos duros momentos quiero decirles que cada uno de sus
gestos llenan de calor nuestra alma. Los que se sintieron conmocionados por lo
ocurrido han de saber que su empatía nos da fuerza. Todos nos habéis recordado
que el mundo está lleno de seres excepcionales. A los que, como nosotros,
sienten dolor por su pérdida, les envío un abrazo sincero y todo mi cariño.
Pensemos que están en paz y dejemos que el tiempo nos ayude a que su recuerdo
nos inunde de amor. Gracias por todos los abrazos, besos y palabras de ánimo
sincero que hemos recibido, incluso de personas a las que no conocíamos,
anónimas o con "cargos".
Y por último quiero dirigirme: a los que se
creen "importantes" y desfilaron ante nuestros ojos para las cámaras,
con sus trajes y uniformes, para "hacerse ver", cuando llevábamos
doce horas de angustia, sin saber si podríamos volver a abrazar a los nuestros. También
al maquinista que, de confirmarse, nos ha destrozado con su irresponsabilidad. A los que vinieron a darnos un falso
pésame porque su cargo o su partido se lo "exigía" (que sepáis que
eso se transmite; habríais demostrado alguna compasión quedándoos en vuestros
lujosos despachos). A los que cedieron a las presiones "de arriba" y
nos torturaron prometiendo información que luego no nos daban. A los que
prefieren "recortar" vidas a tener que renunciar a su coche oficial.
Para deciros que vuestros actos os están pudriendo el corazón, pero que quizá
no sea demasiado tarde para que rectifiquéis y colaboréis en hacer de este
mundo un lugar en el que lo importante vuelvan a ser las personas.
Va por ti, mi niña.
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