sábado, 4 de diciembre de 2010

EVITAR LA DEPENDENCIA DEL PETROLEO



Tenemos un grave problema: en cuanto a petróleo no somos ni Arabia, ni Rusia, ni Venezuela, y que hoy por hoy necesitamos su petróleo. Nuestro país tienen un excesiva dependencia del petróleo, por lo que se hace necesario esforzarse cuanto antes en crear nuevas alternativas energéticas en previsión a una posible catástrofe a medio plazo.

Aquí aparte tenemos añadido un problema de corte fiscal: el gobierno recauda demasiado dinero a través del impuestos sobre los carburantes (más de la mitad de lo que se paga cada vez que se llena del depósito del coche, va como pago de impuestos al gobierno, siendo el resto los gastos de la extracción, refinado, logística, transporte y beneficio de la gasolinera), hasta tal punto que, por ejemplo, el precio de la gasolina o gasoil varia según que países, y en Estados Unidos, país mucho más rico en renta per cápita que el nuestro, cuesta menos de la mitad de lo que aquí nos cuesta. Por eso se da la casualidad de que el gobierno español se resiste a cambiar esa suculenta fuente de recaudación, y por esa misma razón hoy por hoy no está lo suficientemente motivada para buscar otras fuentes energéticas alternativas. Hay que cambiar la fiscalidad, porque los impuestos sobre los carburantes no van a durar mucho, aunque de momento sean muy provechosos para las arcas de gobierno.

Pero no nos engañemos: las reservas de petróleo son limitadas, y la demanda a nivel mundial cada vez tira a por más, aparte de que como ya se pudo ver, en los períodos que más recalentada está la economía, más sube el precio de los hidrocarburos, al existir más demanda. Recordemos que a medianos de 2007, el precio del petróleo alcanzó los 140 dólares el “barril de Brent” siendo el gran negocio de los países petrolíferos como Venezuela, Rusia, los árabes, etc…que generaron suculentas divisas a su favor; mientras que a final del año 2008, con la economía cayendo en picado por la crisis financiera, inmobiliaria, etc……), ya rondaba el precio de los 40 dólares, para volver a subir ahora otra vez con el precio rondando por los 90 y pico dólares que cotiza en esos momentos. Y eso de que la factura del petróleo la pagamos en dólares, cosa que cuando el euro está alto (como ocurre últimamente, la factura del petróleo parece artificialmente barata). Pero como a no muy largo plazo y debido a la fortaleza  y competitividad de la economía estadounidense, el dólar tenderá a subir, por lo que aún nos saldrá más caro pagar la dichosa factura petrolífera, lo que en España supondrá mayor inflación, y por tanto, mayor malestar para nuestra ya de por sí bastante reventada economía. Lo curioso aquí en España es que cuando el precio del petróleo baja, apenas no baja el precio de lo que pagamos en la estación de servicio, pero que cuando sube, automáticamente trasladan el precio a pie de manguera. Es una disimulada tomadura del pelo, por parte del gobierno, preocupado únicamente en recaudar cuanto más, mejor.

Pero el petróleo es una materia prima que se agotará, y a medida que se vaya agotando, irá incrementando su precio en vertical. Pensad en la demanda de esos grandes países emergentes que cada vez crecen y se desarrollan más: China, India, Brasil, etc…., y van a necesitar insaciablemente petróleo, ya que apenas producen por su propia cuenta.  Por tanto, hay que liberarse de ese peligro cuanto antes.

Por el momento, la energía nuclear se presenta como la más barata, y la menos contaminante, pues es la menos cara de producir en comparación con los otros medios  térmicos e hidroeléctricos, y además no contamina como la energía derivada de los combustibles fósiles, aparte de que tampoco afecta en el cambio climático.  El problema, claro, es el peligro de un posible escape de radioactividad, pero si se protege lo suficiente con acero y hormigón, una central nuclear puede ser tan segura, que incluso pueda resistir un lanzamiento de bomba, o que se estrelle un avión terrorista, sin que aparentemente llegue a ocurrir nada peligroso. Alemania, o más específicamente Francia es un ejemplo de que las nucleares son seguras, y que además curiosamente exporta su energía eléctrica que producen sus centrales nucleares a otros países de su entorno, el nuestro inclusive, lo que repercute en la factura de la luz, y que sería más barata si las cosas fueran de otra manera.

Es preciso, pues, que sin perder más tiempo, que en España nos tracemos un plan para construir las centrales nucleares que necesitamos, así como centrales hidroeléctricas que además de producir energía eléctrica, sirvan como grandes depósitos con los que disponer de agua abundante y barata por todo el país. Eso aparte crearía muchos puestos de trabajo que ahora buena falta hacen, así como crear la infraestructura pública para repartir la red de suministro de la electricidad, pues tenemos que prepararnos para el coche eléctrico de un futuro no muy lejano con batería recargable que deberán de recargarse en parking públicos y además de forma pública y gratuita. En consecuencia, debemos liberarnos totalmente de la dependencia del petróleo, o cuanto menos lo esperemos, tendremos que enfrentarnos a una catástrofe. Todo lo que se alimentaba con energía procedente del petróleo, sea en las fábricas o en el transporte, debe de ser sustituido por la electricidad, que debe de llegar a todas partes y además ser tan barata que los costes de la factura sean simplemente para mantener el mantenimiento de las infraestructuras de distribución de dicha energía.