sábado, 6 de junio de 2015

LAS CAMPAÑAS DE RECOGIDA DE ALIMENTOS


 

Esta mañana he ido al Mercadona de compras y he visto que ya estaban allí los voluntarios de los bancos de alimentos, para la recogida de los mismos por adelantado (ya que según se dice, los almacenes de los bancos de alimentos están vacíos y no dan abasto para atender a tantos solicitantes). Será que hay mucha más miseria de lo que parece, aunque esas cosas, como es natural, también se tapan para que la gente lo ignore. El lema de esa nueva campaña era: "EL HAMBRE NO HACE VACACIONES", muy bonito, por cierto.

Cuando pienso que hace justo 40 años España era la 6ª potencia económica mundial, me preguntó ¿en qué la han convertido durante esos últimos 40 años de democracia como para que tengamos tanta y tanta gente que apenas ni dispone de alimentos?

Pero, además, conviene que nos fijemos en algunos detalles: los bancos de alimentos se financian con fondos europeos y aportaciones de ayuntamientos, gobiernos autonómicos y gobierno central (o sea con la "solidaridad" impuesta a los contribuyentes a través del pago de tributos), y el resto son aportaciones de empresas y particulares. Los "bancos de alimentos" forman como una entidad en la que sus dirigentes deciden a quiénes repartir todos los excedentes: Cáritas, Cruz Roja, ONG's y otras entidades diversas, que estas a su vez son los que deciden a qué gente repartir, y muchas veces se produce aquella frase tan aplicada por socialistas como Zapatero o Montilla tal como es"discriminación positiva", es decir, que según conveniencias o criterio del personaje de turno, beneficia a unos y se excluye a otros, y esto seguro que muchos lo habréis notado y visto que se beneficia muchísimo más la inmigración que no los propios españoles necesitados. Con lo cual sobra la hipocresía en ese asunto.

 

Aparte, cuando a esos excedentes alimenticios se acercan a su fecha de caducidad, son los mismos empleados de los bancos de alimentos, y también los empleados de cada una de las entidades u organizaciones que los reciben los que aparte de tener buenos sueldos para prestar los correspondientes servicios, entre ellos mismos se reparten esos excedentes de alimentos a punto de caducar. De modo que bien puede decirse que esos alimentos no van precisamente para atender a la gente más necesitada. Con lo cual la picaresca está servida, y lo puedo decir con conocimiento de causa, porque hubo una época en la que yo también me moví en ese mundillo tan opaco donde imperan los "códigos del silencio". Digo que eso de que se reparten los alimentos ellos mismos, llevándose cantidades grandes en cajas y sacos, lo he visto varias veces, aunque como podéis imaginar, eso es tema tabú.  

Ahora bien, si en vez de organizar recogidas de alimentos en supermercados, invitando a los clientes a hacer sus aportaciones, si por ejemplo organizaran recogida de dinero, ¿la gente, en especial la que se supone tan "solidaria", participaría?. Y luego esos señores, al igual que deciden a quienes reparten los alimentos, deciden también a quienes reparten el dinero. Para este caso, no cabe duda de que acabarían por repartírselo entre ellos mismos. Y sería lo natural, siendo este país nuestro el de la corrupción y del aborregamiento.


Conclusión: que en esas cosas no se libra la picaresca, y es práctica bastante común y habitual. Por otra parte, pienso que lo correcto no es repartir alimentos entre la gente, o limosnas, o subvenciones, sino repartir trabajo, como un medio digno de ganarse la vida, y no tener que vivir ni de la caridad ni de la picaresca ajena, con toda la vergüenza que ello supone.  Pero lo malo es que aquí en España no existe ningún político que sepa crear trabajo para la gente que necesita uno, y en todo caso, cada vez nos han puesto más complicado el derecho digno a un trabajo decente y estable, que en todo caso es un derecho constitucional (y bastante desatendido por los poderes públicos).