lunes, 10 de marzo de 2014

RADIOGRAFÍA DE LAS PRESTACIONES SOCIALES EN 2013




Hemos llegado a la situación de que casi el 30% de los residentes en España (incluidas todas las nacionalidades y edades)  vive ya de una pensión, el paro o ayudas del Estado (unas 13,8 millones de personas, según los datos oficiales) ya sea por haber cotizado (sistema contributivo, o por razones asistenciales, teniendo en cuenta de que oficialmente apenas 16 millones y pico de personas trabajan, y de esos, unos 4 millones son funcionarios, es decir, personal a mantener y que no produce en la generación de riqueza para el país, sino gasto a costa de los otros sectores productivos que generan esa riqueza.

 

Esta visto que el gasto social en acción protectora del Estado no para de crecer, y eso en un contexto de crisis económica que lo ha puesto todo muy complicado de volver a enderezar entre tantos impuestos, tantas normativas, tanta burocracia y tanta inmigración sobrante.

 

Y el panorama no pinta mejor: cada día más personas se jubilan, menos personas trabajan, y a falta de trabajo, más españoles emigran fuera de nuestras fronteras. Por otra parte, gracias al generoso sistema asistencial, se sigue produciendo un efecto llamada a la inmigración, como hemos podido ver en los últimos asaltos violentos a vallas como las de Melilla o Ceuta, y con el papel pasivo y vergonzoso del gobierno, teniendo en cuenta que esa inmigración no solamente no aporta nada, sino que además provoca bajadas del salario, quita puestos de trabajo a los españoles, y hace que los mismos españoles tengan que emigrar al extranjero, aparte de aprovecharse de la propia asistencia social española con todo lo que nos cuesta cada nuevo inmigrante que entra en gastos de sanidad, asistencia jurídica, educación, subvenciones, etc….

 

Oficialmente apenas trabajamos y cotizamos 16 y pico millones de personas, de las cuales sólo millón y pico son inmigrantes y el resto españoles, cuando en nuestro país residen unos 40 millones de españoles y otros casi 10 millones de inmigrantes entre legales e irregulares. Con lo cual oficialmente y teóricamente significa que con el trabajo unos 15 millones de españoles y otro millón de inmigrantes, de una forma u otra se mantiene aproximadamente a unos 50 millones de residentes.  Lo cual quiere decir que los trabajadores españoles aportan 15 veces más que los inmigrantes, cuando los inmigrantes son apenas el 20% de los residentes, con lo cual sale todo muy injustamente desproporcionado y bien puede decirse que los inmigrantes no solo no aportan nada a nuestro “estado del bienestar”, sino que además nos salen carísimos a todos los españoles con aquello de esa falsa “solidaridad” que nadie quiere a costa de sus impuestos, de su trabajo, de los recortes y de la mala calidad en sanidad y en educación. Si estamos como estamos, es por imposición de la casta política, que sigue las directrices de Bruselas, en vez de los intereses nacionales y de los propios españoles, y por esa razón, siendo el tema tan impopular, prefieren más el silencio, la pasividad, y la actitud del avestruz de esconder las alas e ignorar los problemas que tanto afectan a millones de ciudadanos españoles, con todos los problemas de falta de orgullo patriótico que suponen esas actitudes y que tanto daño nos hacen.

 

Esa situación cada vez más insostenible es lo que hace que los gobernantes suban impuestos de todos los lados que pueden, y al mismo tiempo todos los recortes posibles, cosa que igualmente es muy mala para la economía, no solo porque impide le competitividad en esa economía globalizada, sino que además destruye puestos de trabajo al no poder soportar impuestos y normativas burocráticas.


 


Para que se pueda solucionar eso, por una parte y por patriotismo, se hace necesaria la expulsión total de la inmigración que no es otra cosa que un cáncer destructivo para nuestro país tanto por grandes diferencias culturales muchas veces incompatibles como porque nos quitan el trabajo y los escasos recursos sociales repartiendo más la pobreza; y por el otro, nuestro país necesita que se vuelvan a crear los puestos de trabajo tan necesarios para la creación de riqueza y el progreso ciudadano. Y para eso es necesario suprimir impuestos y abolir toda serie de normativas que impiden crear puestos de trabajo. Por ejemplo, es un absurdo que no se pueda abrir una residencia de cuidar ancianos, porque las normativas exigían que el local midiera 2 cms. más alto de techo, o que la ventanas tienen que ser de tal o cual medida,….eso es un absurdo, porque son los clientes los que han de valorar y evaluar el buen servicio y los precios, que es lo que de verdad permite el negocio salir adelante o no. Y también deberíamos ser una sociedad con mayores libertades laborales y sin impuestos, ni normativas, ni extorsiones sindicales, en la que, por ejemplo, cualquier persona de cualquier edad pudiera ir con su carrito por la playa o la plaza para vender hamburguesas o refrescos a cualquiera, como un modo libre de ganarse la vida. Si ya es absurdo que no haya trabajo, lo es también mucho más absurdo un marco que impide la iniciativa emprendedora y creadora de puestos de trabajo.

 

También por otro lado es muy necesario suprimir los costosos e inútiles funcionarios, y volver a la cultura del trabajo y la eficiencia, y no la del enchufe vitalicio y con ello la vagancia y la desmotivación de quienes no necesitan en absoluto competir porque tienen la buena nómina segura cada mes a costa de los contribuyentes, que somos todos y que nos salen muy caros.

 

Sólo si se toman esas medidas y cambiamos por la mentalidad del trabajo, del esfuerzo, de un sano y bien entendido patriotismo, y de la libertad, podemos superar la crisis y hacer un país próspero y más seguro.