La vergüenza de la basura en Madrid y por todo cuanto supone
de desprestigio de la “Marca España”, da que pensar que lo mejor sería despedir
a todos los basureros y barrenderos por su irresponsabilidad, y contratar el
personal necesario entre los miles de desempleados que hay, que aceptarían
gustosamente un empleo de recogedor de basuras, aunque fuera con un sueldo más
bajo. No solo somos el país del “relaxing cup de café con milk en la plaza mayor del
pueblo”, sino también el país de las hipocresías, los contrastes y las mafias
sindicales y funcionariales. Con solo contratar gente en paro, y a cualquier
empresa privada de servicios en apuros y necesitada de ingresos, todo arreglado…Es
verdad que con la crisis el dinero es escaso por un lado y los impuestos
agobiantes por el otro, pero existen miles de personas en situación apurada y
con sobradas ganas de trabajar, que aceptarían gustosamente ese trabajo aunque
fuera tan solo cobrando el salario mínimo, y ni esto se tiene en cuenta. Todo
sobrecoste de más que suponga acceder a las peticiones de los extorsionadores,
supone otra subida más en los impuestos u otro incremento más en la deuda pública
que cada vez nos tiene más hipotecados a todos. Aparte la inmensa mayoría de
los trabajadores del sector privado tienen que aceptar con resignación bajadas
de salarios, o pierden el empleo, y encima no tienen en dónde quejarse. ¿Dónde
está , pues, el sentido común?. ¡Qué
mierda de país!.
Otro tema son los daños económicos provocados indirectamente
al comercio y al turismo, y los derivados del riesgo sanitario de epidemias y
otros gérmenes provocados por la putrefacción de las basuras, con toda la
irresponsabilidad y pasividad política que ello supone. Por eso las huelgas
deben regularse por ley, en el sentido de que impedir que violen directa o
indirectamente los derechos del resto de los ciudadanos ajenos a las mismas
huelgas.