sábado, 13 de noviembre de 2010

LOS AUTONOMOS SON LA CLAVE PARA ARREGLAR EL PARO

No hay tan mal trago como que termines el contrato y el amo te dé como respuesta la firma del talón del finiquito. Tal es el grado de precarieridad en el que hemos llegado que esa es la constante habitual cada vez que a alguien se le termina el contrato. Evidentemente las cosas van mal, y la excusa más manifestada sobre ello es la crisis económica. Pero miremos más a fondo, porque existe otra causa mucho más importante y que es la verdadera culpable de esta situación: las malas leyes laborales. Esas son las verdaderas y más importantes causantes del desempleo y de la situación de precariedad en la que nos encontramos. Las causantes de un sistema decadente donde nadie quiere ser empresario o emprendedor, y todos quieren ser funcionarios, vivir del enchufe, trabajar lo menos posible y tener todos los privilegios posibles que indirectamente siempre tienen que ir a costa de otros que han de hacerse cargo de los costes, especialmente por la vía de los impuestos. Son esos, también, la causa de la corrupción del sistema, y de la pérdida de los valores basados en el trabajo bien hecho. Pero de esta manera no saldremos adelante. Ha llegado la hora de tomarse las cosas en serio, y cambiar lo incorrecto que tenemos.
En América tienen aquello que se llama "el sueño americano", y en comparación con España, allí las normativas laborales y los impuestos son ridículos, y por eso allí existe tanta cultura del trabajo y de la competividad, esa forma de ser que hace grande al país, y con el que van a salir de la crisis los americanos, porque allí se dan y se respetan más las condiciones y las maneras para hacerlo, pese a ciertas actitudes erróneas del actual presidente Obama. ¿Sería posible un "sueño español", del que cada cual pudiera sentirse orgulloso?; tendriamos que hacer que nuestro país sea un lugar donde a todo aquel que tenga un sueño, que pueda hacerlo realidad, que pueda trabajarlo, que pueda arriesgarse, que nunca tenga sensación de que mejor es abandonar porque con esfuerzo las cosas pueden conseguirse, y que ni impuestos ni estúpidas normativas lo impedirán. Si queremos que esto sea posible, no podemos hacer leyes ni poner impuestos que castigen el espíritu de trabajo que buena falta nos hace para llegar a ser el primer país del mundo.

Afortunadamente, aquí tenemos algo muy valioso: los trabajadores autónomos, fruto de este espíritu tan individualista y tan propio de la manera de ser de los españoles. En realidad los autónomos son el estamento laboral más trabajador, más emprendedor, más competitivo, los que de verdad se esfuerzan y luchan por sacar adelante el negocio y el país, y al mismo tiempo son también el colectivo laboral más maltratado, el menos protegido socialmente,y el que carece de algunos derechos fundamentales como son el subsidio de desempleo o la baja por maternidad, aparte de que cada día ha venido siendo el colectivo más castigado por multitud de absurdas normativas e impuestos. En consecuencia, fruto de este maltrato se ha convertido en una especie de vías de extinción, cuya pérdida es muy peligrosa para el país, y que conviene empezar a recuperar y a proteger. Para que esto sea posible, hay que darle toda clase de facilidades: abolir inútiles y estorbantes normativas laborales, así como los agobiantes impuestos que desmotivan a cualquiera y eliminan el espiritu de riesgo. Hay que tomar esa medida, porque los autónomos son muy necesarios para nuestro país, los que de verdad trabajan de manera competitiva y ejercen de inercía con el que sacar adelante al país y del pozo negro de la crisis económica. La actual crisis de valores basada en la cultura del trabajo, del esfuerzo y del mérito es una crisis moral que no podemos consentir. Desde las altas instancias políticas, hay que rehabilitar la cultura del trabajo, porque pretender vivir de la cultura de la subvención que al final otro termina pagando, es ir a la ruina, a la miseria, y a un suicidio seguro, porque: ¿qué será de nuestro país cuando ya nadie quiera trabajar en serio y se acabe el dinero?.
Hay que eliminar de una vez por todas con las trabas que sufren los autonómos, y que son muchas: IVA, IAE, cuotas a la Seguridad Social, cuotas sindicales, IRPF, SGAE, ITV de los vehículos, Contribución Urbana, Canon de Alcantarillado y Saneamiento, Licencia de Apertura, seguros obligatorios, con toda seguridad juicios laborales y multas de la administración, gastos por exigencias de "seguridad e higiene",…eso ya por no hablar de para con los trabajadores cuando se empiezan a contratarlos con lo de las nóminas, la contabilidad, las averías de los vehículos o maquinaria, o las bajas laborales… (y se que se me escapan unas cuantas cosas más). Y por si fuera poco, los bancos tampoco ayudan demasiado con los créditos, los morosos se retrasan, y los clientes son más exigentes que nunca en épocas de crisis, etc.. etc...Ante un panorama así, quién quiere ponerse a trabajar por cuenta propia?. Claro, es más inteligente ser funcionario, pero eso a la larga no es nada bueno para el país, pues un funcionario ni compite ni produce riqueza para el país, sino todo lo contrario: es siempre un coste permanente.
Esta es la verdadera reforma laboral que necesita el país, y la que de verdad nos puede sacar de la crisis: que cada cual pueda trabajar libremente en lo que quiera, sin apenas impedimientos, ni impuestos que castigenmayoria silenciosa de trabajadores españoles honrados,que sólo aspiran a trabajar y a mejorar cada vez más la condición social de sus familias. ¡Qué lástima de la miopia de los políticos, que ni uno sólo de ellos todavía se ha dado cuenta!.