No sé donde leí hace ya mucho tiempo que casi el 90% de los curriculums entregados a las empresas por solicitantes de empleo, van directamente a la papelera, siendo una de las peores prácticas de los llamados departamentos de recursos humanos de las empresas. Una de las grandes vergüenzas, discriminaciones y una falta de respeto total a los parados que deambulan de un lado para otro dejando centenares de curriculums que nadie responde, máxime en un país donde existen millones de holgazanes y parásitos que tan sólo tienen un enchufe en las empresas, y que las empresas no los pueden despedir porque la inmensa mayoría de ellas no se dispone del líquido con el que poder abonar las indemnizaciones, a pesar de que ahora con la reforma laboral sale un poquíto más barato despedir.
Te acercas a la sede de la empresa Nestlé para entrar a pedir trabajo, por ejemplo, y el primero que te para para impedirte el paso es el guarda, que te dice que adentro no puedes entrar y que le dejes el curriculum, sin posibilidad de entrevistarte con nadie, lo que evidencia a las claras que van a parar a la papelera.
Hace unas décadas, era práctica habitual ir a pedir directamente el trabajo al amo con el que podías darte a conocer y negociar las condiciones, hoy en día eso apenas no existe, porque debido a las rigideces legislativas, laborales y fiscales de los últimos tiempos, nadie apenas crea empresa alguna en los tiempos que corren, y por tanto casi no existen emprendedores. Tan solo existen empresas que se crearon en épocas mejores, y que después de varias décadas ya están asentadas socialmente en el mercado, y que dejan el asunto en manos del llamado “departamento de recursos humanos”, un dudoso “invento moderno” de llevar las relaciones públicas de la empresa tanto internamente como externamente, o lo confían a una ETT (empresa de trabajo temporal) como un vínculo exterior para que le seleccione el personal que demanda la empresa, de las cuales está comprobado que tampoco nunca responden a la inmensa mayora de los curriculums entregados a pesar de que se aprovechan de las entrevistas con los solicitantes de trabajo, como si hicieran una selección de supermanes del curro o de los que crean que menos problemas puedan causarles, con claras discriminaciones que pueden ser de edad, sexo, etc…
Para terminar con esta discriminación existente contra los honrados parados que no buscan otra cosa que un empleo digno, haría falta con urgencia una ley de registro de entrega de los curriculums a las empresas y que las obligue a responder siempre, tanto sea positiva como negativamente, exponiendo las razones de su admisión o rechazo. Y con una obligación de responder cada seis meses por un período de dos años, por citar un ejemplo, para que al solicitante de trabajo le conste que sigue estando ahí su solicitud de trabajo, teniendo su expreso derecho a cancelar su solicitud antes de que prescriba. Sería que los demandantes de empleo tuvieran una copia del curriculum para la empresa, y al mismo tiempo otra copia para la oficina pública de empleo donde pueda constar la entrega de este curriculo y pudiera hacer un seguimiento de la misma, cosa que daría mayor dignidad y respeto en favor del solicitante de trabajo, y más en estos actuales tiempos de gravísima crisis que ha causado millones de desempleados en el mercado español de trabajo.