Siempre pensé que todos los políticos españoles tienen sus
dineros (o buena parte de ellos) escondidos en paraísos fiscales. ¿Cómo no iba
a ser así, si el sistema tributario español se basa en el robo y en la injusticia
encubierta, en la que dicen "solidaridad ciudadana" en donde en lo
que en realidad hay es un atraco a mano armada?. Sueldos de escándalo para los
políticos, millones de funcionarios de nómina vitalicia bien pagados,
subvenciones a diestro y siniestro para los millones de inmigrantes y para los
cuales casi todos los servicios públicos les salen gratis, así con la
subvención del voto cautivo de buena parte del campo español (PER), y los
despilfarros en toda clase de obras o de proyectos políticos con los cuales
generan tantos y tantos millones de dinero público, que es inevitable sacarse
comisiones y crear empresas tapaderas para crear tantas y tantas comisiones
para tantos mangantes políticos involucrados en cada operación, que como
sabemos aparentemente todos son ladrones y chorizos.
Si no existieran los impuestos, no existiría tanto robo de
la cosa pública, ni tanto dinero de políticos y funcionarios evadidos en
paraísos fiscales, ya que saben que dejarlo en su propio país es exponerlo al
mismo sistema tributario de robo y expolio que ellos mismos crearon y montaron.
Y lo de Jordi Pujol, es tan solo la punta del iceberg. El
viejo zorro de la política catalana, o bien empieza a tener demencia senil y de
vez en cuando se le escapa decir cualquier disparate en la que mete la pata, o
bien sabe que por la edad se escapará de estar metido en una jaula. En todo
caso, igual incluso con el 0,1% de su inmensa fortuna, que seguramente la habrá
hecho expoliando a los ciudadanos y aprovechándose de sus cargos políticos,
podría vivir sobradamente bien y sin preocupaciones. ¿Era necesario, pues
meterse con tanto robo y estafa pública y tanta mierda?. Lo que repito, en un
país sin casi impuestos, esas cosas no pasarían, puesto que la fuerza del
dinero público tienta tanto y es un agente corruptor de fuerza extraordinaria
entre políticos mediocres y deshonestos que desconocen el sentido de la palabra
honradez.