En el debate sobre el Estado de la Nación, el presidente
Mariano Rajoy ha mostrado dos propósitos destacables: tarifa plana de 100 euros
de pago a la Seguridad Social por contingencias comunes por trabajador nuevo para
las empresas que contraten indefinidamente a cualquier edad, y la no obligación
de hacer la declaración de la renta a los que ganen menos de 12.000 euros
anuales. Dos medidas que pueden parecer “maravillosas”, pero que son una pura
tomadura de pelo, y un claro maquillaje de imagen de cara a las próximas
elecciones.
Para
entenderlo, de ese tema hay que contrastar lo siguiente: Con los datos de la
contratación del pasado año 2013 y hasta el mes de Octubre, el 40% de los contratos de trabajo duraron menos de un mes, y además poco más de 350.000
contratos habían durado apenas una semana. Y de todo el conjunto del millón y
medio de contratos-basura firmados este año (según datos de la gráfica
estadística que adjunto), la media aritmética no daba ni para dos meses de
duración en esos contratos temporales y precarios. O sea que se duda mucho de
que incluso la economía española dé para hacer posibles contratos indefinidos
para acogerse a la tarifa plana de los 100 euros mensuales de cotización
durante 2 años. Aparte de que reputados organismos internacionales indican que
en España el paro por encima del 25% se mantendrá por mucho tiempo, es decir
que la cuarta parte de la población activa española estará sin empleo durante
muchos años, y por tanto sin aprovechar para generar riqueza y con ello además
contribuir con los impuestos o con las cotizaciones con las que necesita
nutrirse la Seguridad Social, cada día con más gastos y menos cotizantes que se
está poniendo en una situación muy preocupante.. ¿Qué empresas hay en España,
95% de las cuales solo son pequeña y mediana empresa, que se vean capaces de
hacer contratos indefinidos, aprovechando los dos años de 100 euros de tarifa
plana en cotización?, a la vista de los datos, casi ninguna. Aparte el promedio
de vida de las empresas privadas españolas ha pasado de los 35 años de los tiempos de Franco, a
los menos de 13 años actuales con la democracia, con lo cual, con esos datos y a la vista de que
cada día la Seguridad Social tiene más clases pasivas a mantener (jubilados,
parados, discapacitados, viudos, huérfanos, etc..) se pone muy en duda la
contratación indefinida en el corto y medio plazo, máxime cuando por lógica
matemática se tendrá que incrementarse aún más la presión fiscal, sea en
cotizaciones o impuestos, con la que poder financiar esos gastos sociales cada
vez mayores.
Por otro lado, ya a finales del año pasado, y sin
meter mucho ruido, el gobierno aprobó por decreto la subida mínima de 50 euros
más de pago en las cotizaciones de autónomos. Con unos 3 millones de autónomos
en España, ¿será acaso que son los que financiaran esos 100 euros para los 2
primeros años en los contratos indefinidos?
Por otra parte, no vale decir que los que ganen menos
de 12.000 euros no estarán obligados a declarar IRPF, dado que están en el
tramo de contribuyentes donde más se efectúan las devoluciones tributarias.
Claro si no se declara, no habrá devoluciones, con lo cual Hacienda se
aprovechará para quedarse con las retenciones, con lo cual es un engaño en toda
regla para confundir, y a la postre recaudar más aprovechando la ignorancia de
los contribuyentes.
Altos costes sociales (cotizaciones), impuestos, IRPF,
IVA, normativas, excesos de papeleos burocráticos, indemnizaciones por despido,
inmigración, etc..., las cosas no se ponen fáciles ni en condiciones para
contratar gente, aparte las consecuencias de la crisis que han dejado secos los
mercados, ha menguado los sueldos del sector privado que aguanta como puede, y
ha dado lugar a que los pocos contratos sean siempre precarios.
Los pocos contratos que salen, es por necesidad
extrema que exigen los mercados en determinado momento (la campaña navideña, la
vendimia, o la temporada turística, por ejemplo). Pero como no se piense en
bajar cotizaciones, impuestos, indemnizaciones, trabas burocráticas, poner freno
a la inmigración y dar prioridad a los parados españoles,.....y al mismo tiempo
se tenga que mantener una casta de parásitos de más de 4 millones de
funcionarios con nómina vitalicia y que casi nada aportan al conjunto de la
riqueza nacional, aparte de mantener a los inútiles de los políticos, aquí lo
de poder crear esos puestos de trabajo que muy buena falta nos hacen, no lo
consigue ni Dios.
Tampoco ha sido capaz el presidente de decir y saber
ver, que si expulsamos a toda la inmigración (unos 10 millones), casi
automáticamente no sólo se termina el paro español (estimado oficialmente en
más de 6 millones) y se evita la emigración española al extranjero (unos
700.000), sino que además se acaban los salarios de miseria y el país se ahorra
una parte importantísima del gasto en sanidad, educación y demás modalidad de
subvenciones que absorbe la misma inmigración sin aportar nada de positivo para
el país, aparte de más paro, más inseguridad, más déficit público por los
gastos, y peores servicios públicos al tener que compartir nuestros escasos
recursos.
En fin, que en ese gobierno, charlatanes de feria con
los que engañar al pesebre español hay sobrados.