He aquí un tema muy serio del que eluden
hablar la casta politica, por la impopularidad y los temores que ello
despierta. Aquí tenemos en este vídeo procedente del INE (Instituto Nacional de
Estadística) y con los gráficos que muestran en la parte final una hipotética
pirámide de edad en España para los próximos años hasta aproximadamente la meta
del 2050, que nos indica que la vértice de la pirámide se ensancha, y la base
se reduce, es decir, que vamos camino a ser un país de más viejos que no de
jóvenes. Esto supone que cada vez habrá menos personas en edad de
trabajar respecto a aquellas que cobran una pensión. Como que el actual sistema
público español de pensiones es un sistema de reparto, donde los que trabajan
hoy están pagando las pensiones de los que las están cobrando hoy, vemos que de
seguir así, el sistema público de pensiones camina hacia un futuro incierto. Es
probable que cuando la generación que está hoy en edad laboral, se jubile, no
exista en ese momento suficiente gente joven trabajando que pueda pagarle la
pensión que estaba esperando. Con lo cual, con más jubilados que cotizantes: el
sistema de reparto y solidaridad intergeneracional será insostenible, por pura
lógica matemática, ya que no cuadrarán las cuentas, a no ser que se suban de
forma drástica las cotizaciones y/o se reduzcan las pensiones, cosa que genera
muchas dudas sobre si será capaz de sostenerlo la economía española,
actualmente muy castigada por los impuestos, con lo que cada vez le queda menor
margen para ser competitiva. Con lo cual, visto la injusticia intergeneracional
que se está generando, ¿tiene sentido seguir pagando unas cotizaciones de las
que todo apunta que al final no se va a cobrar, o se cobrará una pensión muy
reducida?. En Alemania, por ejemplo, que es el país más avanzado y estable de
Europa, actualmente se dan casos de pensionistas que no llegan a fin de mes, y
que tienen que recurrir a los famosos “minijobs” y a realizar trabajos
esporádicos para ir tirando, que inevitablemente en la mayoría de los casos son
muy mal pagados (y eso ya ocurre, según una estadística que vi recientemente,
de momento con el 5% de los jubilados alemanes)
Considerando que hace 30 años, la
esperanza media de vida en España era de unos 70 años, y ahora es de unos 82
años, con lo que estadísticamente hablando suponen que además hoy en día a cada
jubilado le tenemos que mantener una media de 12 años más, y es posible que esa
edad con el paso de los años y los avances médicos acabe por alargarse aún más.
Eso lleva, naturalmente, que los políticos al ver que no les cuadran las
cuentas, poner sobre la mesa la opción de retrasar la edad de jubilación, para
que la gente siga cotizando, y tener que pagar menos tiempo la pensión a los
jubilados que sobreviven, cosa que no casa si por el otro extremo de edad, la
juventud cada día tiene más complicado tener un empleo estable, así como un
proyecto de vida con cierta estabilidad.
Ahora bien, por otra parte,
hay que considerar que existe cierta “estafa” a los ciudadanos en muchos de los
planes de pensiones privados en los que se ahorra para la vejez, porque : no
ofrecen una buena rentabilidad (muchos no consiguen batir el IPC en
rentabilidad media anualizada), tienen unas elevadas comisiones que se llevan
las gestoras y entidades financieras intermediarias, y lo peor de ello es que
tu dinero queda bloqueado hasta llegar a la fecha de la jubilación, y sólo
puedes rescatar con una orden judicial, previa demostración de que te es
imperiosamente necesario por estar en paro, o quedarte repentinamente sin
medios propios de subsistencia. Con lo cual la mejor forma de ahorro es
invertirlo en Bolsa, o en Deuda Pública (Bonos o obligaciones del Estado), y si
además este dinero se puede desviar a un paraíso fiscal, mejor, ya que aquí no
sólo las rentabilidades se las tragan los impuestos y además se grava más por tener
patrimonio (ahorros), aparte de que al paso que vamos, existe el riesgo de que
los ahorros acaben por ser nacionalizados, tanto por la falta de financiación
con la que se puede encontrar el Estado, como por el enorme déficit al que nos
lleva la situación. Sólo reducir el déficit, y bajar los impuestos,
solucionarían esa psicosis de lógica desconfianza que lleva a evadir el dinero
hacia paraísos fiscales, y los ciudadanos ahorrarían en el propio país.
Por otra parte, he aquí las posibles
soluciones para arreglar la situación que pasa por dos medidas claves:
1.- Repatriación de toda la
inmigración, con lo cual se resolvería el paro y se evitaría la emigración al
extranjero de la actual juventud española. Esa medida, aparte de que apenas es
insignificante lo que aportan a nuestro propio país en impuestos y
cotizaciones, supone también, muy importante ahorro en gasto social que absorbe
la actual inmigración que mantenemos (sanidad, educación, subsidios de paro,
subvenciones, etc…), así como se evita que la inmigración envíe remesas de
dinero español hacia los demás países, cosa que es más beneficiosa para la
economía nacional al quedarse y circular por nuestro propio país el mismo
dinero que generamos.
2.- Desaparición progresiva de
las pensiones, sustituyéndola por una renta básica para todos los ciudadanos y
que únicamente fuera financiada con los impuestos, y no con cotizaciones que
generan las rentas del trabajo , cosa que haría la economía más competitiva, y
a nivel social, se fomentaría más el ahorro para la vejez, cosa que también es
positiva para el país que se fomente la cultura del ahorro, ya que financia el
resto de las necesidades económicas, vía créditos bancarios, etc.. Ese nuevo
sistema basado en el ahorro, y en la renta básica que ofrece el Estado, permitiría
la libre elección de edad para la jubilación voluntaria, que dicho de otra
manera, la palabra “jubilación” desaparecería, ya que cualquier ciudadano
tendría la plena libertad de escoger trabajar y retirarse a cualquier edad. Esa
nueva situación favorecería también el mayor cuidado de la ciudadanía de su
propia salud, al tener que ser costeada de su propio bolsillo las visitas médicas.
Con lo cual, y con la renta
básica para cada ciudadano (partiría de un cálculo de unos 600 euros mensuales
como referencia, según capacidad de la economía del país), desaparecerían las
cotizaciones, y con ello las pensiones por jubilación, invalidez, viudez,
orfandad, paro, etc… Y cada persona sería libre de trabajar y retirarse cuando
quisiera, y adaptándose según sus propias posibilidades económicas. No tenemos
otra opción más razonable, y si seguimos al paso que vamos, el colapso y
quiebra de la Seguridad Social es algo a todas luces seguro que estallará en un
momento u otro.