Ahora bien, el peligro es elaborar una ley que se exija un mínimo de firmas para poder ser candidato, y aquí tropezamos con el mismo error del PSOE, que para ser candidato a unas primarias, te exigen más de 20.000 firmas de los militantes, unos militantes cuyos dirigentes se conocen entre sí, pero no los supuestos miles de militantes, algo de lo que se aprovechan pillos mediocres, pero astutos, como es el caso del vicepresidente Pérez Rubalcaba, único candidato del PSOE a la presidencia, y respaldado por todo el comité federal (es decir, por todos los políticos socialistas que tienen cargo).
Ahora que ya estamos adelantados en la era de la informática y las redes sociales, yo propondría una ley que consintiera que la junta electoral hiciera unas primeras votaciones como una especie de primarias para elegir a aquellos ciudadanos que estén inscritos en la junta electoral como candidatos, y el siguiente paso sería, por ejemplo, seleccionar sólo a los 50 candidatos más votados, que son los que podrían concurrir a las elecciones y ser los candidatos oficiales a esas elecciones. De esta forma damos oportunidad a los ciudadanos más preparados y brillantes del país para que presten servicio, sin los fallos, envidias internas y corruptelas propias de los partidos. Un debate largo a tener presente para analizar pros y contras de cual sería el mejor sistema electoral para unas listas abiertas lo más democráticas y representativas posibles de la ciudadanía y del país.
Y a continuación, un poco de humor que adorne mi blog, con esos dos políticos de actualidad:
