En estos tiempos que corremos de falta de empleo, una medida como la de liberar los horarios de trabajo en los comercios, contribuiría algo a incentivar el consumo y a crear puestos de trabajo.
Se trata de hacer como ocurre en algunos lugares de Estados Unidos donde tienen esa libertad de abrir los comercios en cualquier hora del día, sea mañana, tarde o noche, y en cualquier día de la semana, sea lo que aquí entendemos por laborable, festivo o en domingo.
Todos conocemos las largas y horribles colas de los sábados, que como que la mayoría de la gente trabaja entre semana, tienen que hacer las compras en sábado, el día que no trabajan, pero soportando largas colas, supermercados llenos, y con ella pérdida de tiempo en el único día que deberían de aprovechar para su ocio y su descanso. Para muchos, ir de compras en domingo, sería un buen día para hacerlo acompañado de la familia, y además con tranquilidad, sin los agobios de las prisas de comprar en el resto de los días. Y además se incentivaría el consumo y la hosteleria, al permitir más movimiento de personas que aprovecha el día para hacer sus compras y para gastar, lo que provocaría más demanda, y con ello más pedidos a los fabricantes, y más dinero que circula,…lo que indirectamente supone crear más puestos de trabajo.
Los distintos turnos rotativos que crearía, consistentes en mañana, tarde, noche, entresemana y fin de semana, para una media de 40 horas semanales, crearía los puestos de trabajo para que entre todos se pudiera cubrir todos los turnos, y sería muy beneficioso para el consumidor, ya que podría ir a hacer sus compras en el momento del día y en el día que mejor dispuesto estuviera para ello.
El peligro de todo esto sería que la inmigración absorbiera esos nuevos puestos de trabajo, tal como indican las últimas estadísticas, cuando existe un tremendo paro que tiene en apuros a muchísimas familias españolas sin trabajo. Por lo que habría que crear al mismo tiempo unas medidas fiscales que tocaran a donde más les duele a los empresarios: en los impuestos. Es decir, que los empresarios irresponsables que den trabajo a los extranjeros, deberían de penalizársele con unos impuestos fuertemente muchísimo más altos para facilitar que los puestos de trabajo sean realmente para españoles, puesto que ya es verdadera vergüenza el espectáculo de los supermercados de estar siempre contratando a extranjeros, cuando nuestro propio país tiene que soportar unos 5 millones de parados.
Por eso una de las medidas a tomar para combatir el desempleo sería la de liberalizar completamente los horarios comerciales, para dar al comercio la oportunidad de crear más empleos, vender más, y al mismo tiempo dar más facilidades a los consumidores. Lo que se dice, hacer un país más libre.